El misterio sin resolver de Cutún: conoce la escalofriante historia de la casa embrujada de la región de Coquimbo

La casa hoy permanece abandonada en Cutún. FOTO: @_LCortes
La casa hoy permanece abandonada en Cutún. FOTO: @_LCortes

Parecía ser una casa normal emplazada en el Valle del Elqui, pero guardaba muchos secretos que siguen sin poder ser resueltos.

Cutún es una pequeña localidad emplazada en el Valle del Elqui, en la Región de Coquimbo, que en 1976 fue testigo de uno de los fenómenos paranormales más recordados en la historia de Chile.

Todo comenzó una tarde de verano, cuando un joven técnico agrícola, Nicasio Torres, corrió hasta la casa de su vecino, Gabriel Orrego, en busca de ayuda. Según relató, grandes piedras habían comenzado a caer desde el techo de su hogar.

Orrego no dio crédito a sus palabras y pensando que se trata de una alucinación producto del estrés, así que le pidió que se tranquilizara, regresara a su casa y hablaran al día siguiente.

Torres regresó al día siguiente a la casa de Gabriel relatando otros hechos sin explicación, pero tampoco obtuvo la ayuda que esperaba. Fue al tercer día que Orrego aceptó acompañarlo a su casa para demostrarle que todo era producto de su imaginación.

Según consigna el portal La voz del norte, el vecino, acompañado de su sobrino Ángel y de un amigo, Manuel Rojo, caminaron hasta la casa, donde todo se veía normal. Antes de irse, Manuel decidió ir a tomar agua al pozo que se encontraba en la parte trasera del lugar. Cuando estaba por retirarse vio como una piedra pasaba por sus pies e ingresaba a la casa.

Sorprendido, pensó que era alguien haciéndole una broma, pero cuando iba a empezar a reclamar otra roca cayó sobre su hombro.

¿Realidad o ficción?

El grupo decidió pasar la tarde en la casa para averiguar qué estaba ocurriendo. Al no conseguir respuestas, llegada la noche, decidieron partir, sin embargo, un hecho inexplicable los obligó a permanecer ahí.

Una muñeca de trapo que la esposa de Nicasio usaba para clavar agujas y alfileres de costura, cayó de la pared donde se encontraba y sin que nadie pudiera explicarlo, saltó del suelo al cuerpo de la hija de la pareja que se encontraba en los brazos de su madre. Luego, salió saltando por una de las puertas abiertas, siendo encontrada en el gallinero, al día siguiente.

Tras aquel episodio, las cosas empeoraron. Ya no solo las rocas eran el problema, ahora también comenzaron a abrirse solas las puertas y ventanas, además de caer del techo huesos de cadáveres. También se escuchaban murmullos y silbidos, mientras que en las paredes de los dormitorios aparecieron rasguños y en las sombras un sujeto gigantesco de ojos rojos y oscura vestimenta.

“Extrañamente, siempre la actividad paranormal se intensificaba a medida que la noche transcurría y se acercaban las 23:55la lluvia de piedras sobre la casa, huesos de cadáveres que caían sobre nuestros hombros y rasguños sobre las paredes”, recordó hace algunos años Gabriel Orrego, según consignó Página 7.

“Sobre este último punto recuerdo que una vez salté por una de las ventanas de la casa hacia el exterior de ésta, ya que nadie se atrevía a salir cuando se producían estos rasguños y pude observar como si una mano transparente los causara, pues la madera iba mostrando pequeñas trazas que se producían en forma espontánea sobre ella”, añadió.

El hombre misterioso

Pero, sin duda, una de las cosas que más escalofríos desató fueron las extrañas voces que provenían de un hombre, que citaba a Nicasio al cerro Cutún, exactamente a las 23:55 horas.

“Nunca he tenido tanto miedo en mi vida como cuando tuve que enfrentar a ese hombre. Ese hombre se presentó alrededor de tres veces a buscar a Nicasio, y siempre con la misma frase y dirigiéndose a su esposa: ‘Dígale que lo espero, él sabe dónde’”, declaró Orrego.

“Al percatarme un día de la presencia de ese hombre, salí al encuentro de él, sin embargo, al llegar a una distancia alrededor de cuatro metros de dicho personaje pude observar a un hombre pálido, que vestía chaqueta café, zapatos negros impecables y pelo negro, este hombre venía pasando por afuera del portón de mi propiedad, cuando en forma repentina lo veo y me paralizó”, relató.

“Para mi gran sorpresa este hombre se encontraba levitando alrededor de 50 cms. sobre el suelo y giró repentinamente en 90 grados para mirarme fijamente y en forma penetrante. Por primera vez sentí lo que era el miedo, lo que me hizo a sudar. Este hombre giró nuevamente en 90º y retomó su camino inicial para luego desvanecerse por el trayecto hacia abajo, hubo varios testigos oculares del hecho que se encuentran aún en el pueblo”, añadió.

Para averiguar lo que estaba pasando, un pequeño grupo se reunía en la casa para realizar sesiones espiritistas, una de las cuales fue interrumpida por militares, que se llevaron detenidos a todos los que estaban participando por reunirse ilegalmente.

Al recuperar la libertad, la familia Torres decidió irse de la casa, tras lo cual los sucesos paranormales se detuvieron. Hoy la casa permanece abandonada y olvidada.

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