“Me dijeron que no encajaba con la imagen de una monja para representar a la Iglesia”, señaló la también economista de 41 años.
Falleció a mediados de los años 70 y su espíritu se quedó en la “Perla del norte”.
El relator, como de costumbre, la rompió toda con su relato en redes sociales.
Fue una laica consagrada quien dejó la maleta con el cuerpo de una mujer en una concurrida calle de Ñuñoa. Así fue cómo los detectives la descubrieron.
El cuerpo de una mujer fue hallado en una maleta que yacía en plena vía pública en Ñuñoa. Las teorías apuntaban a un crimen organizado, hasta que dos monjas decidieron confesar.
Los hechos habrían ocurrido entre los años 1977 y 1980.
El cartel que sostenía sorprendió a muchos asistentes de la masiva marcha.
"Yo creo que él se envalentonó al vernos solas", aseguró la religiosa.
