El año 2012 un grupo de entusiastas entrevistó a los creadores del mítico viral y hasta al mismísimo Chuña para una pieza microdocumental. Uno de sus realizadores recuerda cómo fue conocer en persona al mítico Benjamín Alfaro, quien falleció esta semana.
63 kilómetros separan las comunas de Illapel y Los Vilos. Ambas pertenecen a la región de Coquimbo pero la segunda está más al sur. Mientras avanzamos por la carretera el sol empieza a descender por el oeste tiñendo el cielo de colores amarillos, naranjos y distintas tonalidades de color miel.
Se trata de una misión improbable pero el entusiasmo es alto y contagioso. La productora Nicole Bonilla, el realizador Roberto Cisternas y el periodista que escribe esta nota viajan del punto A al B con la ilusión de cerrar una jornada de grabación con un encuentro improvisado con el protagonista de la historia que estamos documentando.
Venimos de Illapel, donde vivían entonces Lizandro Alcayaga y Rodrigo Navarrete. Ellos tienen el mérito y la autoría de no sé si el primero pero si o si uno de los primeros grandes virales chilenos y probablemente el que mayor recordación y trascendencia tiene en la cultura popular de Chile.
En el contexto de “Estilo Vivo”, un programa que hacían - era en estricto rigor un espacio de radio local pero se adelantaron unos buenos años a la tecnología incluso- y empezaron a experimentar con contenidos audiovisuales, Lisandro y Rodrigo conocieron al Chuña (Benjamín Alfaro).
Compartiendo con él una cosa llevó a la otra y básicamente se sumó al equipo de Estilo Vivo, para protagonizar una serie de sketches que se empezaron a viralizar antes de que existiera la palabra “viral” y de una manera que para alguien de menos de 25 va resultar totalmente inentendible. Lisandro y Rodrigo repartían en cedés grabados los desopilantes gags grabados junto al Chuña.
De los compacts disc los registros pasaron a las primeras versiones de Daily Motion y luego a un embrionario Youtube. “El resto es historia”, dice Alcayaga para no ahondar demasiado en los detalles y la serie de situaciones impredecibles que transformaron a Benjamín del Tránsito Alfaro González en un ícono pop de Chile y ciertamente el personaje más popular en la historia de Los Vilos.
Ahora, cómo llegué a conocer a los creadores del mítico viral y al protagonista máximo de toda la historia tiene que ver con el comienzo de este texto. Junto con Roberto y Nicole viajamos una cálida jornada del año 2012 hasta Illapel para grabar un capítulo de una serie piloto que iba a llamar Behind the Youtube. La idea era conocer la trastienda de los entonces incipientes virales de Chile.
Luego de encontrarnos con Lisandro y Rodrigo (agradecimiento a mi amiga Verito que nos hizo el contacto), nos concedieron un buen rato para contestar el millón de preguntas que teníamos e incluso nos revelaron que un integrante del equipo de Estilo Vivo, Franco, editor de los videos, falleció tempranamente y nunca pudo saber la magnitud y trascendencia de su obra.
Una vez terminada la entrevista y presos de un deseo periodístico irrefrenable partimos hacia Los Vilos sin mucha certeza pero altísima esperanza de encontrarnos con el mitológico Chuña. Viajamos un poquito más de una hora hasta llegar a la costera localidad.
Alrededor de 20 mil personas habitaban para ese entonces la comuna. El destino quiso que una de ellas, Benjamín Alfaro, justo estuviera paseando por la calle principal de la ciudad, caminando tranquilamente con los brazos tomados por la espalda por fuera de una feria de artesanía. Recuerdo que me bajé del auto casi en movimiento para abordarlo.
Habían pasado varios años desde la grabación de los videos que lo hicieron parte de la cultura de Chile y de su lenguaje coloquial con frases como “Ayayai”, “Tan helao’ que estai’ Juan” y “Amaya Forch … me voy a la capilla”. El hombre se veía bastante más aporreado por una vida a todas luces dura y callejera. Sin embargo estaba lúcido, receptivo y fue extremadamente amable, incluso nos llevó al ciber café donde según relató, él pagaba (metía una moneda) y le ponían sus videos en Youtube para verse.
Con el rato se fue soltando e incluso tiró algunas bromas. Su testimonio fue fundamental para poder conformar el relato coral con el que dimos forma al capítulo de “Behind the Youtube” que finalmente terminó siendo el único que vio la luz.
El 6 de marzo de este 2025 Benjamín del Tránsito Alfaro González murió y la noticia la dio a conocer la actriz Amaya Forch, quien fue contactada por la familia del hombre. El Chuña fue velado en la capilla de la comuna y luego llevado al cementerio en un féretro que se trasladó a bordo de un bote pesquero, en una ceremonia a la cual asistió buena parte de la comunidad vileña.
La muerte de Benjamín Alfaro, o más bien el recuerdo del personaje y las escenas que lo hicieron trascender, permite un análisis al país, su idiosincrasia y su Internet que puede ser material de otro texto de incierta necesidad. Indudablemente el Chile del Chuña no es el mismo que el del Tío René.
Alfaro murió pero el Chuña vivirá por siempre.