La periodista y podcaster Andrea Hartung, lanzó un libro que recopila algunos de los casos más despiadados de la historia: “Tenemos el prejuicio de que cuando una mujer comete un crimen, es porque tuvo que hacerlo, pero hay mujeres que cometieron crímenes horribles solo porque sí ”, señaló a La Cuarta.
“Todas las personas del mundo conocen a alguien a quien quieren matar”, es una de las frases del libro “Cazadoras”, el nuevo lanzamiento de Andrea Hartung. Por cierto, estas palabras no las escribió ella, sino que corresponde a una maquiavélica cita.
En el texto, publicado por editorial Planeta, la periodista y podcaster hace un repaso por algunos de los casos de las mujeres más crueles de la historia, así como una mirada introspectiva a la realidad de muchas reclusas.
La Quintrala, Elizabeth Báthory, Myra Hindley y Roxana Valdés son solo algunas de las protagonistas de este libro, cuyas historias estremecen, incomodan y desafían los limites.
“La gente no sabe, pero mi público son las señoras. Y las señoras agradecemos mucho la letra grande, el libro corto. Yo respeto mucho el trabajo de periodistas como Rodrigo Fluxá, que hace unas investigaciones tremendas, pero que creo que a veces no se traducen mucho para que todas las personas se puedan meter”, señaló Andrea en conversación con La Cuarta.

“Las mujeres somos complejas”
- Andrea, ¿cómo nace la idea de escribir este segundo libro tras el éxito del primero, “Archivo Criminal”?
Me pasó que en “Archivo Criminal” hice varios capítulos, por ejemplo, “Psicópatas”, “Cultos y sectas”, “Niños asesinos”; pero sentí que la mujer no da para un capítulo. Creo que somos muy complejas, tanto quienes no hemos hecho nada malo, así como las criminales, y sentí que necesitaban un libro para ellas solas. Porque, aparte, no es que nos podamos agrupar, las mujeres somos personas súper diversas.
- Y ¿Cómo llegas a este concepto de “cazadoras”, que le da el nombre al libro?
Fue muy difícil encontrarle título a este libro, porque mi editor me decía, “ponle ‘Mujeres que matan’”, pero no todas matan. Ponle “Malas mujeres”, pero es que algunas no son tan malas, algunas tuvieron que hacerlo. Y al final llegué a “Cazadoras”, porque traté de jugar con lo de cazadoras y presas, y que a las mujeres nos crían para siempre estar defendiéndonos, protegiéndonos, muy posiblemente de hombres. Y nos olvidamos de que hay mujeres que terminan cometiendo crímenes, porque se defendieron, estaban siendo presas y no les quedó otra que tomar la decisión de ser cazadoras.
- Pero en el libro también podemos ver el contraste de los diferentes motivos que tienen estas mujeres para cometer crímenes.
Creo que tenemos el prejuicio como sociedad de que cuando una mujer comete un crimen, es porque tuvo que hacerlo, en muchos casos sí, pero que tuvo que ser por defensa personal, para defender a sus hijos; pero si dejamos de lado esos casos, hay mujeres que cometieron crímenes horribles, solo por poder, por poder económico, o porque sí. Yo traté de hacer mini-biografías de todas estas mujeres como una búsqueda para llegar al punto que las hizo cometer eso tan horrible que hicieron, y hay casos en que no lo encontré.
- ¿Cómo cuáles?
El caso de María del Pilar Pérez, en Chile, lo encuentro tremendo, da susto. Y ahí también está que con los hombres no nos da susto, con los hombres asumimos que son así, que puede pasar. Con las mujeres no nos acomoda sentir que simplemente pueden ser malas.

“Las víctimas merecen que su historia se cuente”
- ¿Cuál fue el criterio que usaste para poder seleccionar estas historias? ¡Porque hay muchas!
¡Y me faltaron! En “Archivo Criminal”, lo que hice fue, por ejemplo, capítulo de psicópatas, ¿a quién voy a poner? Y acá lo hice un poco así, por ejemplo, “mujeres que dijeron que cometieron sus crímenes porque hombres las obligaron, pero que en verdad no fue así”. Traté que hubiese un balance entre los casos nacionales y los internacionales, entre más antiguos y más recientes, entre los que uno dice “a esta señora no le quedó otra”, los que uno dice “jamás debió haber hecho eso”, y otros casos donde uno dice, “chuta, yo pensé que no le quedaba otra y ahora me doy cuenta que no”, y al revés. Las mujeres son muy complejas, como todos los seres humanos, y creo que eso es lo entretenido de este libro, sorprendernos un poco.
- Y al poner todos los casos sobre la mesa, ¿Qué viste en común?
Que son mujeres, principalmente. Ahora, los casos sorprendentes, yo no creo que sean sorprendentes por la violencia o por lo que pasó, sino que por quienes lo hicieron, por las protagonistas, por estas cazadoras. El caso de María del Pilar Pérez, lo más sorprendente fue cuando la vimos a ella. Dijimos, “¿Cómo esta mujer, chiquitita, flaquita, hizo todo esto?“. Y también, lo que nos sorprende más allá del horror de lo que hicieron algunas de estas mujeres, es que fueron ellas.
- ¿Cuál es la historia que a ti más te impacta?
En Chile, María del Pilar Pérez, sin duda. Y a nivel internacional, el caso de los asesinos del páramo, Mayra Hindley. Empiezo el libro con una canción de The Smiths, que se llama “Suffering Little Children”, que está basada en ese caso. Lo descubrí hace 10 años en un documental y me obsesionó. Tengo un capítulo en mi podcast de una hora sobre este caso, que incluso tuve que cortar porque me puse a llorar. Ahora quise ser valiente y enfrentarlo, porque los niños que fueron víctimas de estas personas merecen que su historia se cuente.

Las Quintralas
- ¿Cómo influye el machismo en la percepción que tenemos sobre las mujeres criminales?
Esta es una cuestión histórica del siglo I. Cuando empiezo el libro, lo hago con la Quintrala y con una condesa. Y hablo de ellas porque eran mujeres poderosas que hacían cosas malas, en un contexto en el que era muy extraño, por eso las acusaban de bruja, de hacer pactos con el diablo, rituales demoníacos. Por otro lado, algunas mujeres se escudan en sus parejas, “lo hice porque él me obligó”, y cuando ves la evidencia te das cuenta que no es así, que ellas eran tan mente criminales como sus parejas. En este libro me gusta incomodar con eso, y es raro, porque pueden decir “es machista decir que hay mujeres malas”, pero no, no es machista. También tenemos que ser responsables de las cosas que hacemos.
- Una figura que mencionaste y que se repite, es la Quintrala. ¿Cuáles son las características que se dan para que a una mujer se le apode así?
Por lo general, hablan de Quintrala cuando son mujeres con opiniones muy fuertes. Ya sea en la farándula, la política, no solo temas criminales. Como la Angélica Sepúlveda, en la granja, que era súper pesada, y era “la Chucky”. El Chispa era más pesado, y no me acuerdo que le hayan dicho nada. Pero la mujer que no es simpática, que no es agradable, que no sonríe cuando tiene que sonreír, es una Quintrala. Y hace una conexión inmediatamente con una bruja, con una mirada satánica.

Las mujeres y la cárcel
- Hay un tema que se destaca en el libro y es la cárcel, y la diferencia entre hombres y mujeres. ¿Por qué era importante para ti tocar este tema?
Ese tema para mi es un caballo de Troya. Tuve esa conversación en la editorial, el libro hay que venderlo entonces vamos a hablar de casos terribles, pero yo quería contar lo de la cárcel, me pareció muy importante. Está lo del pabellón de San Joaquín, que por favor pongan cámaras ¡están casi todas las chilenas de las que hablo en el libro juntas! Y por otro lado, quise irme a la parte menos espectacular, las mujeres pobres, las mujeres normales en Chile. La gran mayoría de las mujeres que están presas es por delitos de droga. Cuando metes a una mamá a la cárcel que tiene que dejar a sus hijos, el daño que hay para atrás es horrible. No digo que sean inocentes, pero hay mujeres que deberían tener otras alternativas. Espero que se haya transmitido porque me importaba mucho decirlo en el libro.
- Como creadora de contenido true crime, ¿por qué crees que estos temas le gustan tanto a las personas?
Honestamente, lo que hay ahora es como un revival del género, por el nombre (true crime) y por las plataformas de streaming que nos dan semana a semana tremendos documentales con mucho presupuesto. Pero la crónica roja o el policial es algo que nos gusta desde siempre. Creo que el true crime habla mucho de la sociedad, nos ayuda a entender la mente humana, y nos entretiene porque es morboso.
- Al ver tus tiktoks, a veces dabas las noticias super frescas, ¿te cuestionaste en algún momento hablar de casos con la información recién salida del horno?
Aprendí, uno, a no sobre utilizar filtros, porque me aparecen vídeos antiguos y digo ¿Quién es esta persona? (ríe). Y me pasó esto que dices tú, hacer todo al tiro y me seguía más y más gente cuando hablaba estas cosas, eso me sacó un poco de foco. Lo confundí, como si estuviera dando una noticia de espectáculo. Hace un par de años logré hacer la autocrítica profunda y real de que cuando hablas de un caso, hablas de personas que existen o existieron, y tienen familias. Es el problema que tuvo Ryan Murphy, con la sexualización de Jeffrey Dahmer. Ahora, en el libro y en mi podcast, entrego la info y no opino, quiero que si una persona llega a esto y fue afectada, no se sienta revictimizada.