Por Eduardo OrtegaCómo afecta el cambio de hora en Chile a los niños, niñas y adolescentes: tips para una correcta adaptación
Cambios de hábitos al acostarse, comida liviana antes de dormir y generar un ambiente adecuado. Esas son algunas de las recomendaciones para no sufrir.

El horario de invierno, para regocijo de sus no-pocos-detractores —quienes en concreto lo consideran deprimente por su anochecer temprano—, comienza a despedirse oficialmente de Chile continental: este sábado 6 de septiembre cuando den las 24.00 horas, habrá que adelantar los relojes una hora de modo que marquen las 01.00 del domingo 7. Un ajuste que traerá, quizás como mayor beneficio, tardes más largas, lo que —dicen— puede fomentar la realización de actividades recreativas ya sean deportivas o sociales.
Pero no todo es alegría. El cambio supone también desafíos, en especial para los más jóvenes cuyo ciclo de sueño puede verse alterado.

Por caso, la académica de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello, Andrea Mira, sostiene que el reloj biológico de los niños, niñas y adolescentes es sensible a los cambios de luz:
“Al adelantar la hora, la melatonina se produce más tarde, dificultando que concilien el sueño a su hora habitual”, explica. “Esto puede resultar en un déficit de sueño, afectando su concentración, estado de ánimo y rendimiento escolar”.
La Academia Americana de Pediatría, en tal sentido, recomienda que niños en edad escolar duerman entre 9 y 12 horas diarias, mientras tanto los adolescentes precisan entre 8 y 10 horas. Privarse de este tiempo de descanso podría acarrear un problema que puede, fácilmente, evitarse.
Tips para adaptarse al nuevo horario
“Para ayudar a los niños y adolescentes a adaptarse al cambio de hora y garantizar que duerman lo suficiente”, explica Mira, “es crucial seguir algunas recomendaciones”.
A saber:
- Ajuste gradual: se sugiere acostar a los niños quince o veinte minutos antes de lo habitual en los días previos al cambio, con tal de hacer esa parte de la rutina sin apuro y estrés.
- Rutina de sueño: mantener una rutina constante; esto es: apagar las pantallas (teléfonos, tabletas, televisores) al menos una hora antes de dormir, ya que la luz azul que emiten interrumpe la producción de melatonina.
- Ambiente de sueño: asegurarse de que la habitación esté oscura, fresca y tranquila. Utilizar cortinas gruesas si es necesario para bloquear la luz de la tarde.
- Cena ligera: evitar comidas pesadas y azucaradas antes de ir a la cama.
Aprovechando las tardes de verano
Al margen de la adaptación, el cambio es una invitación a disfrutar de los beneficios del horario de verano. “Las tardes más largas y luminosas”, dice la académica, “son una excelente oportunidad para que los niños y adolescentes se desconecten de las pantallas y se conecten con su entorno”.
Y propone lo siguiente:
- Actividades al aire libre: fomentar la práctica de deportes, juegos en el parque o simplemente paseos en familia. Es fundamental para la salud y ayuda a regular el sueño.
- Aventura y exploración: aprovechar la luz para ir de picnic, andar en bicicleta o explorar senderos. Actividades que no sólo son divertidas sino que fortalecen lazos familiares, además de la salud física y mental de todos.
- Creatividad en el jardín: de tener el espacio, los niños pueden ayudar en la jardinería, actividad relajante y educativa que los conecta con la naturaleza. Y si no, se recomienda usar ese espacio para jugar y usar su creatividad.
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