El estafador de Tinder al diván: ¿cómo analiza la psicología a Simon Leviev?

Simon Leviev.
Simon Leviev.

La historia de Simon Leviev, quien se hacía pasar por un encantador millonario, se ha viralizado con el documental de Netflix que relata sus cuantiosos engaños.

Se llamaba Shimon Hayut, pero se hacía llamar Simon Leviev, un encantador soltero y millonario vinculado a la industria de los diamantes.

Sin embargo, solo se trataba de una vil cortina. Conocía a alguna adinerada chica en Tinder, conversaban, la invitaba a salir para seducirla con ayuda de su supuesta fortuna. Así empezaban una relación de ensueño, viajando y visitando lugares caros.

Sin embargo, de pronto todo cambiaba e, inventando una retorcida y creíble historia, lograba que su víctima le hiciera cuantiosos préstamos. Tras eso, él desaparecía.

Esa era el mecanismo, una mujer tras otra iba armando una especie de estaba piramidal en el mundo de las citas, financiando su lujosa vida con el dinero de la chica anterior, y así sucesivamente: una rueda que no se detenía.

Su historia de cómo engañó a una veintena de enamoradas es parte del documental de Netflix, recientemente lanzado, El estafador de Tinder. Por supuesto, la producción rápidamente se ha viralizado, generando muchos comentarios y reacciones.

Entre esa réplicas estuvo la del centro de salud mental Sicología para Nadie, especializado en psicología clínica y el área cognitiva conductual. Específicamente, la especialista Natalia Gonzales fue quien entregó una serie de reflexiones sobre el protagonista “Simon Leviev”.

Un análisis

De entrada, mencionó que “el sujeto es un psicópata integrado aunque en el documental lo omitan totalmente, lo cual revela el desconocimiento que prevalece sobre este tema”. De hecho, “ni siquiera sus víctimas fueron capaces de identificarlo como tal”, por lo que simplemente se lo “describe como un estafador y farsante”.

Es más, Gonzales argumenta que el protagonista “aplica todas las fases del ciclo del abuso psicopático: bombardeo de amor, devaluación, descarte, y reenganche”.

Además, “como todo psicópata integrado, no muestra arrepentimiento ni empatía por nadie”, mientras se relaciona “con las personas de manera utilitaria y parasitaria”. Y, como si eso fuera poco, también “es mentiroso compulsivo y promiscuo”.

Pero oculta todo eso con una convincente careta. “Es inteligente, carismático, seductor y encantador, y sumamente hábil en la construcción y escenificación de sus diversos personajes”, explica.

También, destaca que, en este caso, el estafador elige a las “mejores víctimas”, en vista de que ellas son personas “empáticas, pero también llenas de recursos emocionales, profesionales, materiales y económicos para depredar”.

De hecho, “contrario al mito generalizado, las víctimas no son débiles, son inteligentes y hasta empoderadas, lo cual demuestra que cualquiera puede ser víctima de un psicópata”.

Para cerrar, sobre estafas de este tipo, remata: “La sociedad, del país que sea, muestra una tendencia preocupante a culpar a las víctimas, en lugar de poner la responsabilidad en el agresor”.

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