A sus 71 años, el maestro de las acrobacias sigue enfrentando el peligro sin dobles ni CGI. En plena promoción de Karate Kid, Jackie Chan asegura que su retiro no está en los planes y que hacer sus propias escenas de acción es, simplemente, algo que no puede evadir.
Por más de cinco décadas, Jackie Chan ha arriesgado su vida en pantalla para satisfacer nuestro entrenamiento.
Desde películas como “El Maestro Borracho” y “Proyecto A”, no solo ha dado combos y patadas por doquier, sino que también ha caído desde grandes alturas en centros comerciales, se ha roto huesos, dio vueltas en el aire saltando desde vehículos a gran velocidad, se ha dejado caer por el costado de rascacielos, se metió a brazas ardientas y hasta tuvo una fractura craneal tan grave que un fragmento de hueso perforó su cerebro.
Sin embargo, Jackie Chan sigue adelante y a sus 71, en el marco de la promoción de la nueva película de Karate Kid, asegura que no tiene planes de cambiar. “Siempre hago mis propias acrobacias. Es lo que soy. Y eso no cambiará hasta el día en que me retire… que nunca llegará”, dijo a Haute Living.
Aunque Chan comenzó a actuar en la década de los setentas, su salto al reconocimiento occidental llegó en 1995 con Rumble in the Bronx, donde redefinió la acción en el cine con su estilo único y brutalmente real. Desde entonces, Chan se ha convertido en sinónimo de riesgo físico llevado al límite.
Por eso, a sus 70 años, asegura que sus proezas ya son algo que realiza de forma instintiva. “Es como andar en bicicleta... pero saltando de edificios. Después de 64 años haciendo esto, ya no hay preparación física. Todo está en tu corazón, en tu alma. Es memoria muscular”, destacó el actor.
Finalmente, aunque valora el poder de la tecnología de efectos digitales en el cine actual, Chan también advierte sobre sus efectos: “Hoy los actores pueden hacer cualquier cosa gracias a las computadoras, pero se pierde el sentido de la realidad. Es un arma de doble filo: se vuelven más capaces, pero el peligro ya no se percibe y la audiencia se insensibiliza“.
Claro que tampoco recomienda que sigan sus pasos. “No aliento a nadie a hacer lo que yo hice; es demasiado peligroso”, finalizó.