Doctor
Terminé hace dos semanas con mi polola, pero la extraño demasiado. El problema es que me puso el gorro cinco veces con hombres distintos. En discotecas, salsotecas y hasta en Fantasilandia la pillé agarrando en la Mansión Siniestra mientras fui a comprar cabritas.
Mis amigos me tratan de gil, de cornudo, pero la verdad es que no me importa mucho, porque a ella la amo. Si bien yo mismito le di la PLR, ahora me encuentro en la necesidad de perdonarla. Todo el mundo está en contra de mi decisión, menos ella que me llama mañana, tarde y noche. Y aquí estoy, a la espera de su sabio consejo.
RONALD
Rony:
Eso de que le pusieron los cuernos en la Mansión Siniestra mientras usted andaba comprando cabritas para agasajarla es realmente vergonzoso. Me lo imagino a usted con las dos manos ocupadas con dos paquetitos, mientras la perla se besuqueaba de lo lindo en la oscuridad de la caverna y una fila enorme.
Mal, compadrito. Si fueron cinco veces y a ese mismísimo nivel, le digo al tiro que no meta la cabeza al guáter una vez más, lo están utilizando y sus amigos tienen razón. Búsquese una minita más tranquila, o definitivamente dele tiempo al tiempo, pues la mujer de su vida aparecerá sin que usted la busque desesperadamente. Así que dígale chao y tenga un poquito de orgullo, Don Venado.
Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com
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