Ayudó con aventón y le robaron el corazón

Ando con el pecho tomado desde que estábamos en toque de queda. Resulta que en los primeros días del estallido social quise ayudar con mi auto a los que quedaban tirados en los paraderos y apareció una mujer, que por coincidencia vive en mi barrio.

Doctor Cariño:

Ando con el pecho tomado desde que estábamos en toque de queda, y no es por las lacrimógenas. Resulta que en los primeros días del estallido social quise ayudar con mi auto a los que quedaban tirados en los paraderos, ya que no había micros ni metro. Pregunté a un grupo de gente si alguien iba al sector sur de Santiago y justo saltó una mujer, y que por coincidencia vive en mi barrio, pero que nunca había visto.

Conversamos todo el camino y hasta nos agregamos a Instagram, le pedí su teléfono para darle un aventón al otro día y me dijo que bueno. La dejé en su hogar, y en eso se abre la puerta de su casa y la recibió su marido y tres cabros chicos. Ahora soy su chofer personal, pero no sé cómo explicarle mis sentimientos. ¿Qué hago?

Don Aventón:

Sea sincero consigo mismo y pregúntese si andar acarreando gente durante el estado de emergencia fue solo para hacerse el lindo con las pasajeras o para convertirse en un héroe entre los manifestantes.

Si su respuesta es la primera opción, no ande llorando por la vida ante las necesidades de la gente. Ahora bien, si esto le nació de corazón y por los misterios de la vida se enamoró de su pasajera, le cuento que uno no elige de quién enamorarse, pero tiene que andar con cuidado para ver si la damisela le corresponda, pero ojo que una fémina con gallinero y gallo que le cacaree es difícil que lo deje todo para irse con un pobre pollo.

Pregúntele qué onda, y si le va mal a lo mucho se gana una cachetada.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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