Ventanita Sentimental

Doctor Cariño: 

Así de simple. Me enamoré de un hombre casado, viejo, feo, pero me enamoré.

Soy una pecadora, doctor, pero ese hombre es un profesor de la nocturna. Cuando llegó al colegio, este año, yo ni lo pesqué.

Tengo 32 años y por cosas de la vida no terminé la enseñanza media. Así que me puse estudiar en la noche. Como le decía, al hombre lo conocí un día equis cuando se acercó para preguntarme si necesitaba ayuda.

Es flaco y tiene una barba gigante. Quizás eso fue lo que me enloqueció, porque me hablaba y me dejaba marcando ocupada.

En menos de una semana me entregué con tutti a este señor y después de que hicimos de todo, me dijo que era casado, pero que dejaría todo por mí. Yo lo amo, pero estoy confundida por lo de su familia.

ALUMNA

Colegiala:

Pensar que uno tiene que enchularse para andar por la calle, comprarse tatos lustrados, perfumarse o echarse gel para alumbrar a alguna fémina y otros tienen el don en el alma. Obvio, como este señor, que seguramente no debe tener ni un brillo. 

¿No será que se enamoró del Viejito Pascuero o de Bin Laden?. La barba no siempre es sinónimo de sabiduría, a veces es sinónimo de suciedad. Capaz que el profe si no le dijo antes que era casado esté sólo jugando con usted para comerse el caramelo. 

No lo pesque más y tírele la cadena por barbón, malo para el agua y freco por andar escondiendo a su familia. Búsquese un cabro de su edad y dedíquese a hacer las tareas de verdad en el colegio en vez de las otras tareas. Saque su enseñanza media en vez de andar meneándose por ahí. Me enojó. Hasta luego.

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