Expertos mundiales del patrimonio probaron los sándwiches chilenos: este fue el más elogiado

Los expertos en compañía de Marco Sotomayor.
Los expertos en compañía de Marco Sotomayor.

Los especialistas se tomaron un momento para probar y elegir las mejores preparaciones criollas. ¿Resultado? Hubo una sorpresa.

Hace apenas unos días culminó el Seminario Internacional Patrimonio 2025, que reunió a especialistas de once países —más de setenta expertos, cultores, investigadores de Noruega, España, Brasil, Irlanda del Norte, Colombia, Francia, Perú, Ecuador, México, Alemania y Chile— y cuya sede fue Santiago.

Pero aquí lo más importante es que, no bien acabó, algunos de ellos (cuatro expertos de “cultura viva”, como también se le conoce a la gastronomía) se dieron cita en la Fuente Lastarria, de calle Merced, para descubrir y saborear las mejores preparaciones criollas.

En concreto, Valentina Baleato (francesa de madre chilena), Joao Leiva (Brasil), Manfred Zbreazny (Alemania) y Hugo Almonacid (Calbuco, Chile) fueron los se reunieron en el emblemático boliche del Barrio Lastarria para probar el siguiente catálogo de delicias: sándwiches de pernil, pescado frito, el tradicional Barros Luco, choripanes, sopaipillas y pichangas. A las que se sumaron bebidas como vino navegado, clery, borgoña y cola de mono.

¿Y el veredicto? Después de “dos horas de buena conversación, intercambio de experiencias y excelente evaluación de los productos”, cuenta Marco Sotomayor, dueño de la Fuente Lastarria, “el sándwich marino, con pescado frito y pebre, sacó la mejor nota”.

sanguche marino
El ganador de la jornada.

Valentina Baleato asistió al seminario para compartir su experiencia: recuperó una vieja estación de trenes en Gare de Massi, cerca de París, en donde instaló un centro gastronómico reconocido internacionalmente. En el caso de Manfred Zbreazny, artista y herrero que vive en Liberia, ocupa su tiempo en hacer esculturas con armas que recicla de diferentes facciones en permanente conflicto bélico.

“Lo peor de estas guerras es la utilización de niños como soldados. Les hacen creer que son inmortales, que nada les pasará en combate…, la mortandad es altísima”, lamentó.

Joao Leiva, en tanto, es un economista con paso por el periodismo en el Folha de Sao Paulo y devenido especialista de encuestas culturales. Él se decantó por el Barros Luco —y sostuvo que “en Brasil tenemos algo parecido, aunque con un queso algo distinto”— y el Marino.

Finalmente, Hugo Almonacid, carpintero de Calbuco, aleccionó sobre las diferencias entre la gastronomía del centro y la del sur de Chile. También relató su experiencia en el País Vasco, donde fue invitado para construir embarcaciones de madera, su especialidad.

En definitiva, los cuatro expertos prometieron volver. “Ahora para hacer un seminario sobre gastronomía patrimonial, porque la comida estaba muy, pero muy buena”, soltó Joao a modo de broma.

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