Luego de intimar con la víctima, el sujeto golpeó sin piedad producto de una discusión. Al romper en silencio frente a la cámara, dijo ser cristiano y juró arrepentimiento.
El brutal crimen de un joven arquitecto remeció a la comuna de Providencia hace exactos 20 años.
La víctima fue identificada como Francisco Javier García-Vinuesa Claramunt, un profesional de 29 años que llegó a la capital proveniente de Concepción.
Tal como recreó Mea Culpa en un impactante episodio de la undécima temporada (estrenado en octubre de 2006), Francisco solía asistir a locales nocturnos gays, donde conoció a distintas parejas ocasionales. Uno de ellos terminaría siendo su asesino.
La aparición de Marcelo Olguín
El homicida del joven arquitecto fue identificado como Marcelo Olguín Rebolledo, de entonces 25 años.
Si bien nunca se reconoció abiertamente homosexual, el sujeto solía intimar tanto con mujeres como hombres. Eso sí, en estos últimos encuentros (con personas del mismo sexo) pretendía obtener beneficios, en vista de su limitada situación económica que lo obligaba a vivir en la casa de su madre.
La noche del crimen, Olguín (que se desempeñaba como guardia de clubes nocturnos) llegó al departamento que arrendaba la víctima en un edificio ubicado en calle Miguel Claro. Luego de beber y escuchar música, ambos procedieron a pasar la noche juntos en la habitación del anfitrión.
Ya de madrugada, en plena oscuridad, la “visita” se acercó al baño y comenzó a intrusear perfumes y otros objetos de eventual valor. Habría sido en este contexto que el joven penquista lo descubrió. Molesto, lo enfrentó... sin saber de lo que era capaz su huésped, quien ya contaba con antecedentes por distintos hechos de violencia.

Brutal ataque
Al día siguiente, unas primas de Francisco Javier terminarían encontrado su cadáver. Al no obtener respuesta telefónica por parte de su familiar, con quien se disponían a viajar a Conce, las mujeres decidieron acercarse al inmueble de Providencia. En el lugar hallaron el cuerpo, en una escena que no dejaba espacio a la duda: el joven arquitecto fue brutalmente golpeado.
En el programa de Carlos Pinto, Marcelo Olguín rompió el silencio y explicó la causa de su furiosa reacción.
“Él quiso tener sexo (…) esta discusión se produce porque esta persona se altera y me dice: ‘oye, levántate de mi cama, vístete, ándate, porque tú eres un delincuente, me vas a robar’, y me dice unos cuantos garabatos. Luego de eso me dirijo hacia el baño, defeco y me visto”, recordó.
“Le dije ‘cálmate un poquito, que sean las 6 de las mañana y me voy tranquilamente’, pero seguimos discutiendo de nuevo. Ahí yo le aforré un combo en la cara y él me aforró otro combo. Ahí empezamos a forcejear”, añadió.
Pese a la confesión, Marcelo juró que su idea “nunca fue matarlo; fue dejarlo ahí… yo le pegué cuatro patadas en la parte frontal de la cara”.
“Yo le pegué un puñete, lo apreté (del cuello) y bota pura sangre. Yo andaba con coca, andaba volado en marihuana y otras pastillas, entonces con tanta estimulación el cuerpo se agranda, como que uno se estimula (y cree) que es más fuerte que otra persona”, agregó.
Finalmente, reconoció que “yo no tengo cara, porque a uno se le cae la cara de vergüenza, yo también soy persona, tengo mamá, y nunca fue mi intención matarlo, porque yo también soy cristiano, no soy quién para quitarle la vida a una persona”.
“Uno tiene a su familia. El sábado pasado, mi mamá me dejó bajoneado porque me dijo ‘hoy cumpliste 27 años, hace 27 años te tuve en mi guata, y el día de mañana se va a parar tu corazón y te vas a ir al cielo’, entonces yo le digo que no se achaque, que estoy tranquilo, no puedo decirle que estoy mal. Quiero hacer conducta para el día de mañana estar con mi mamá. Si tengo que morirme, quiero estar en mi casa. Acá se pasa mucha angustia”, concluyó, entre lágrimas.
Marcelo Olguín fue condenado a 10 años por homicidio simple. Revisa acá su testimonio completo.