Al ver que su nieta no llegaba del colegio, la abuela recorrió el apartado camino que la pequeña solía recorrer. Se encontró con una impactante escena.
En abril de 2016, un macabro hallazgo quedó al descubierto en el sector rural de Yale, en la comuna de Calbuco, en la Región de Los Lagos, luego que una abuelita encontrara degollada a su nieta entre unos matorrales.
La pequeña fue identificada como Rayén Meñaco (12), quien volvía del colegio San Sebastián a eso de las 5 de la tarde, cuando en el trayecto del bus a su casa fue atacada por un desconocido.
La preocupada anciana, al ver que su nieta no llegaba al hogar, salió en su búsqueda y, al poco andar por la ruta que la niña siempre usaba para ir a estudiar, la encontró muerta y ensangrentada a un costado del camino.

Horror en Calbuco
El crimen de Rayén generó devastación en toda la comunidad. Sobre todo luego de darse a conocer nuevos y espeluznantes detalles del ataque.
“La menor, que era alumna del colegio San Sebastián, tomaba locomoción colectiva para regresar a su domicilio y se bajaba en un paradero que le permitía tomar un atajo por un sitio privado, pero absolutamente despoblado”, informó la fiscal a cargo del caso, Macarena Gallardo.
La persecutora aclaró que era un recorrido que la pequeña hacía a diario. De paso, confirmó su deseo de “aclarar la información que circula respecto de un hombre con el que se habría encontrado la niña, en más de una ocasión, en el sector que usaba como atajo para llegar a su casa”.
Desde un inicio, los cercanos a Rayén aseguraron que el sujeto acechaba a la niña desde hace algún tiempo y expresaron sus sospechas de que éste sería quien cometió el homicidio.
Los resultados de la autopsia practicada a la menor fueron claros: Rayén no fue abusada sexualmente.
Con el correr de los días, a inicios de mayo de 2016, la policía confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida de uno de los sospechosos que estaba siendo indagado por su presunta participación en el crimen. El cuerpo del sujeto fue encontrado en un predio cercano al lugar donde fue asesinada la menor. Se suicidó.
De igual manera, la policía detuvo a otro hombre, quien fue encontrado en el interior de su domicilio, herido por cortes de cuchillo que se infirió.

Confesión
Con el correr de las horas, el aprehendido confesó ante la policía su responsabilidad en el crimen de la escolar. Se trataba de Alfonso Monje Hernández (37), quien aseguró que cometió el homicidio “de leso no más”.
Un tercer sospechoso se entregó voluntariamente en una unidad policial de la zona, donde fue identificado como Belarmino Mansilla, de 58 años.
De acuerdo a lo señalado por la policía, las pesquisas apuntaron a los tres hombres, luego que peritajes practicados al cuerpo de la menor dieran cuenta de la presencia de material genético en sus uñas, los que pertenecerían a los detenidos (y el fallecido).

Condena
En noviembre de 2017, luego de una extensa investigación, se realizó la lectura de sentencia de los condenados por el homicidio Rayén Meñaco.
En medio de la audiencia, el Tribunal Oral en lo Penal de Puerto Montt sentenció a presidio perpetuo calificado a Monje y a Mansilla.
Tras conocer la resolución, el general Daniel Tapia de la Dirección de Investigación Criminal, sostuvo que “junto al Ministerio Público, luego de un trabajo dedicado e integrado por más de mil diligencias investigativas, hemos asistido a esta lectura de sentencia donde se ha condenado con la máxima condena que permite la ley a quienes de manera cruel y violenta le quitaron la vida a la pequeña Rayén”. Los condenados no podrán solicitar ningún tipo de beneficio hasta cumplir 40 años de cárcel (en 2056).