No estaba muerto, andaba... con el circo

Luis Muñoz Cortés (70), conocido como el payaso "Calchilla", abandonó a su familia en Colombia cuando tenía 13 años y hoy, medio siglo después, viajó a su tierra natal a encontrarse con los suyos. Una historia digna de una película...

Al conocer la historia de vida de Luis Muñoz Cortés (70), cualquiera pensaría que fue sacada del guión de una película hollywoodense por lo fantástica que resulta ser. Su trama tiene de todo: peligro, emoción, alegría, tristeza y un final feliz que se pudo coronar con aplausos después de 55 años.

Su increíble aventura comenzó en 1963, en Bogotá, Colombia. Por esos días, Luis era un preadolescente inquieto, que empezaba a descubrir el mundo y que gracias a su colegio conoció el circo como mero espectador. Quedó maravillado.

Y por azares del destino, tiempo después levantó carpa el Circo Alemán Frankfort en la capital colombiana, con un 80% de artistas chilenos y el 20% restante se lo repartían entre argentinos, peruanos, bolivianos y colombianos.

"Tenía 13 años y me llamaba mucho la atención el ambiente del circo. Poder viajar, conocer otros lugares y nuevas realidades", reveló el protagonista de esta historia en conversación con La Cuarta, quien agregó que decidió dejar todo, sin decirle "adiós" a sus hermanos.

Nueva vida

El viaje desde tierras cafeteras hasta Chile duró un año y en esa travesía conoció otras ciudades, tanto de su país natal como de Ecuador y Perú. De ese periplo recordó que "para cruzar los países debía ir bien escondido en los camiones, porque no tenía papeles".

Una vez en nuestro país las hizo todas: aprendió a tocar batería, entrenó en las cadetes de Colo Colo junto a Leonel Herrera, Carlos Caszely, el "Loco" Araya y Víctor Zelada, entre otros. ¿Pero qué lo consagró en esta tierra? "Me convertí en payaso y me casé con la dueña del Circo Markonig, que ahora es el de mi familia", confesó.

Su estancia en Chile no fue fácil durante los primeros años. Al estar en calidad de indocumentado, no pudo continuar su carrera futbolística y decidió que lo mejor era iniciar los trámites para estar en regla, pero justo cayó el gobierno de Salvador Allende y estuvo a un pelo de ser fusilado.

"Estábamos en Batuco y hubo un allanamiento. Llegaron los militares y nos llevaron a una especie de campo de concentración y cuando nos revisaron me encontraron el pasaporte, pero no mi identificación, así que cuando todo terminó mandaron a la gente para la casa y me dejaron a un lado para advertirme: 'si haces problemas te vamos a matar'", según contó.

Después de esa tormenta todo volvió a la calma en la vida del payaso "Calchilla", personaje con el que se hizo famoso en el circo y que le permitió recorrer el país de Arica a Magallanes. "Conozco todo Chile. Sólo me falta la Isla de Pascua, pero los circos no van para allá", aseguró.

Reencuentro

Tras recorrer el país de punta a cabo junto a su familia y compañeros de vida, Luis Muñoz se calmó y atrincheró en la comuna de Limache. Hace siete años enviudó, por lo que decidió disfrutar de los suyos y las cosas simples de la vida. Sin embargo, aún tenía una espina clavada en el corazón: su familia colombiana.

Así se lo hizo saber a su hija, Sandra, quien se interesó en reunir a su papá con sus hermanos. Y para cumplir ese sueño, entre los meses de abril y mayo ella inició contactos con efectivos colombianos de la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), quienes a los tres días habían encontrado los otros seis hermanos que están vivos. "Tenía miedo de llegar a mi país, porque pensaba en el rechazo de mi familia. Gracias a Dios no fue así. Pensaba que a lo mejor mis hermanos no me iban a querer, pues uno nunca sabe qué se va a encontrar", comentó.

Pero en vez de enojarse con él, tras enterarse que estaba con vida, la alegría se apoderó de ellos e iniciaron contactos vía Skype hasta que él viajó a Bogotá para sellar un reencuentro familiar que tardó 55 años.

"Doy gracias a Dios porque no me dio un infarto. Fue tan emocionante cuando llegué al aeropuerto y mis hermanos estaban vestidos casi de payaso, tenían una nariz y corbata", dijo emocionado.

"Esto es algo que no tiene palabras. Todo ha sido una emoción muy grande y estamos contentos de tener a mi hermano de vuelta" concluyó Víctor Hugo Ríos Cortés.

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