La quinta fue la vencida para Son

La joya del fútbol oriental tenía toda la presión sobre sus hombros. Junto a la selección de Corea del Sur debía ganar los Juegos Asiáticos pare evitar el servicio militar. Un gol en el alargue libró a Heung-Min de los 21 meses en la milicia.

Sábado 23 de junio. Rostov Arena. Heung-Min Son está a la cabeza de Corea del Sur que se enfrentaba a México en el segundo partido del grupo F. Carlos Vela y "Chicharito" Hernández pusieron en ventaja al "Tri". Al minuto 92', el asiático toma la pelota y desde 28 metros clava un zurdazo que se hunde en la portería de Guillermo Ochoa, besa la insignia de su país y luego rompe en lágrimas.

Sabía que su cuarta posibilidad de salvarse del servicio militar acababa de esfumarse con la eliminación de su equipo. Ya había fracasado en las copas asiáticas de 2011 y 2015, donde rozó la gloria. Tampoco pudo avanzar de ronda en Brasil 2014, todo eso hacía que le quedara sólo una opción: los Juegos Asiáticos de Indonesia 2018.

Su club, el Totteham Hotspurs, donde es sus principales figuras, le dio el permiso con tal que se colgara el oro, en caso contrario, perderían a su joya por un mínimo de 21 meses, tiempo que dura la milicia en Corea del Sur.

Las miradas del fútbol mundial estaban sobre él. El técnico Kim Hak-bum lo convocó para ser uno de los tres jugadores mayores de 23 años que podían disputar el torneo. Lo único que faltaba era vencer a los 19 países en competencia.

Todo comenzó con el 6-0 sobre Bahrein. Ante Malasia sería el único traspié cayendo 2-1. El partido clave para avanzar de fase era ante Kirguistán. A los 63' un tiro de esquina al segundo palo llegó al botín derecho de Son que fusiló al arquero. La algarabía fue tal que todos los comentaristas de la televisión coreana gritaron con jubilo el tanto, que le daría el triunfo a los coreanos.

En la ronda de 16 mejores vencieron a Irán 2-0, luego dejaron en el camino a Uzbekistán con un sufrido 4-3. El gol agónico de Hwang Hee-chan a los 118' le dio el paso a las semifinales en donde derrotó a Vietnam 3-1.

El último escollo para zafarse del servicio militar era Japón. En los 90' no se hicieron daño, pero cuando recién iniciaba el alargue, Heung-Min Son tomó el balón por la zurda, se sacó tres hombres, entró al área y cuando se aprestaba a rematar, Lee Seung-woo se adelantó para vencer la resistencia nipona. Al minuto 100, Son volvió a escena. Tiro libre por la banda, centro al área y como un ángel Hwang Hee-chan se elevó para clavar el segundo gol de Corea. Dos asistencias para salvarse.

El gol japonés de Ayase Ueda sólo le puso un poco más de dramatismo al partido de Son que a los 119' abandonó la cancha. En los tres minutos de descuento no se sentó en ningún momento. Miraba de reojo lo que sucedería con su futuro. Si Japón lo daba vuelta la milicia era el futuro, si todo seguía igual, la Champions y la Premier League serían sus únicas preocupaciones y metas.

Minuto 123. El juez uzbeko Aziz Asimov lleva su silbato a la boca y para Son es el sonido más hermoso. Como un desenfrenado corre por la cancha mirando el horizonte. Sólo un compañero interrumpe el frenesí para fundirse en un abrazo lleno de sentimiento. La quinta fue la vencida para Heung-Min Son, quien a sus 26 años deberá volver a Londres para pelear por todo, dando alegrías a los hinchas ingleses y a un continente que lo sigue e idolatra. La gorrita, las estrellas y el uniforme quedarán para otra vida.

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