La “U” sabe de milagros: los dos minutos en que los azules recuperaron la memoria para quedarse en primera

El gol que dejó a la "U" en primera.

Hasta el minuto 92, los azules descendían directo a Primera B. Perdían 1 a 2 contra La Calera, y los resultados en los otros escenarios no los acompañaban. El cuadro universitario precisaba de un milagro para mantener la categoría. Un milagro que se advertía difícil tras doce fechas sin saber de victorias. Pero esto es la “U”, y en una avalancha, con poco fútbol pero mucho empuje, dos de los jugadores más criticados durante el semestre consiguieron dejar a este equipo donde tiene que estar.

“Hoy en algún momento dejé de creer y la ‘U’, una vez más, me dijo que eso estaba muy mal”, confesó ayer en su comentario post partido, al borde de las lágrimas, el periodista Igor Ochoa en Radio Cooperativa.

Él, como probablemente le pasó a gran parte de los millones de hinchas azules a lo largo y ancho del país, se convenció de que la suerte estaba echada. Claro, había argumentos de sobra para pensar en ello. Faltaban apenas seis minutos para cumplirse el tiempo reglamentario y formalizar el peor escenario posible: la Universidad de Chile descendería por segunda vez en su historia.

En el estadio El Teniente, los azules caían por 2 tantos a 0 frente a Unión La Calera, cuadro que luchaba por clasificar a Copa Libertadores y que, además, se percibía sólido: pese a las arremetidas del elenco dirigido por Cristián Romero, los cementeros no habían sufrido demasiado y, a esas alturas, amenazaban con el tercero en cada contragolpe. Sáez, de hecho, se había perdido el gol que hubiera sellado todo en inmejorable posición un par de minutos antes.

Mientras, en el CAP de Talcahuano, Huachipato derrotaba a Deportes Melipilla por 3 tantos a 1, y en el Municipal de La Pintana Audax Italiano y Curicó Unido igualaban en un tanto. El cuadro laico, a seis minutos de los noventa, no tenía chances siquiera de disputar una promoción.

En rigor, la “U” se enfrentaba a La Calera, al tiempo y, además, a sí misma: para encontrar la última victoria azul había que retroceder hasta el 13 de septiembre, cuando se impuso a Unión Española por 3 a 2. Desde entonces, enfiló 12 encuentros sin victorias. El desglose: diez derrotas, dos empates. Apenas dos de 36 puntos posibles. Y en los últimos cuatro —frente a Ñublense, Universidad Católica, O’Higgins y Cobresal— ni siquiera marcó goles.

Los jugadores de Universidad de Chile, en un partido en Rancagua (Foto: Agenciauno)

Pero los azules saben de victorias que parecen imposibles. Acaso la más recordada sea la que se concretó hace una década, cuando el plantel comandado por Jorge Sampaoli logró remontar una llave irremontable —0 a 2, con la ventaja deportiva en su contra— frente a Universidad Católica, coronándose campeón del Torneo Apertura 2011. O un año más tarde, en la Copa Libertadores dejando en el camino a Deportivo Quito —1 a 4 la ida, 6 a 0 la vuelta—. Y aunque en los últimos años, la “U” pareció haber perdido la memoria, peleando por mantener la categoría desde 2019, bastaron apenas dos minutos para volver a creer.

Todo comenzó a fraguarse en el minuto 84, de nuevo: a seis minutos de que acabase el tiempo reglamentario. Un centro llovido, lento, aparentemente inofensivo de Luis Casanova, encontró a Marcelo Cañete. El argentino amagó, disparó rápidamente y ese disparo, a su vez, tropezó con Ramón Arias. “Cachila”, habitual defensor central, ahora como delantero, interrumpió la trayectoria y tras el rebote del arquero marcó el primer descuento. Como parecía exigir la jornada, hubo suspenso: el VAR revisó la jugada por un probable offside de Cañete, pero en definitiva, tras unos instantes, convalidó el tanto.

Hasta el Superclásico, cuando comenzó la debacle, Ramón Arias era considerado uno de los baluartes del plantel. Los azules por entonces peleaban en la parte de arriba de la tabla, en zona de copas y se ilusionaban con algo más. Nahuel Luján, por ejemplo, había canchereado que “estamos para ser campeones”. Pero ese día Colo Colo aterrizó las pretensiones del cuadro universitario y Arias fue apuntado como uno de los responsables de la derrota. El zaguero uruguayo, que incluso negociaba su renovación, no volvió a ser el mismo.

Pero el fútbol tiene estas cosas.

91.50 marcaba el reloj cuando Sebastián Galani recibió la pelota por la banda derecha, en campo propio de la Universidad de Chile, y tras una corrida memorable, cedió para Larrivey. Pero el avezado delantero argentino, sabiendo que había un compañero mejor posicionado que él, arrastró la marca con un movimiento…, y entonces apareció Arias. Cuestionado por sus últimas actuaciones, por algún cruce a destiempo o algún penal que comprometió a los azules, ahora el “Cachila” era salvador y le daba otra vida a la “U”. En la tribuna, Cristian Aubert, director de Azul Azul, se agarraba la cara sin poder creerlo. De golpe, el “Romántico Viajero” iba de nuevo a promoción.

Osvaldo González y Ramón Arias celebran la permanencia de la U en Primera División (Foto: Agenciauno)

Pero aún quedaban tres minutos. Y la “U” sabe de milagros.

Entonces a los 93.37, Osvaldo González, uno de los históricos, interceptó su última pelota como jugador de la Universidad de Chile —anunció su salida de la institución—, Joaquín Larrivey pivoteó para Sebastián Galani y el mediocampista, sin pensarlo demasiado, sacó un centro bombeado. En el área chica esperaba la pelota Junior Fernandes, otro apuntado por su escaso aporte desde que regresó. Pero el delantero, como esa tarde de 2012 que le marcó tres a Colo Colo y se ganó el cariño de los forofos azules, controló y definió ante la salida de Alexis Martín Arias. Abrazos y lágrimas en El Teniente. La “U”, en apenas dos minutos, logró otra vez lo que parecía imposible.

“Sufrimos, sufrimos, fue complicado, pudimos sacarlo adelante, nunca perdimos la esperanza. Fue muy importante el gol para nosotros. Nos criticaron demasiado, hablaron muchas cosas de nosotros. Este triunfo es para la gente de la U”, dijo Junior, el héroe.

Arias, en tanto, sostuvo que fue “innecesario llegar a esta instancia. La vida te pone a prueba. Demostramos que hay que pelear hasta el último. Ganamos un partido que estaba cuesta arriba como todo este semestre”.

Como sea, la “U” recuperó la memoria y lo dio vuelta para quedarse donde siempre tiene que estar.

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