Martín Vargas recordó sus peleas icónicas: "A mí me drogaron en Japón"

El exboxeador nacional, se refirió a algunas de sus más significativas peleas, entre ellas, su cuarta oportunidad que tuvo para ser campeón mundial de mini mosca.

Martín Vargas era quizás el principal ídolo deportivo chileno en las décadas del 70 y 80. Actualmente de 65 años, exboxeador recordó algunos pasaje de su vida en conversación con Radio Bíobio.

Un total de 109 combates, 92 victorias y 68 KO, son los números de la carrera del oriundo de Osorno. Su confianza era el factor clave para destacar en el ring.

"Creo que ningún deportista ha tenido la confianza que tenía yo. Yo entrenaba a ganar porque confiaba en lo que hacía, en lo que pegaba, por eso noqueaba tanto", aseguró.

"Entrenaba para ser el mejor de los mejores en Chile y lo fui. Por bastantes años luché contra la corriente en mi propio país pero llegué a donde debí haber llegado", señaló.

Al ser consultado por las pelea que más recuerda, Vargas no dudó. La disputa por el título contra el venezolano Betulio González, campeón mundial de la WBA. El 4 de noviembre de 1978 sufriría una triste derrota.

"Me dolió perder con González, fue el tercer intento por el título mundial. Recuerdo que en esa pelea me quebré ocho dedos de tanto que le pegué, pero el me dejó ciego de un ojo. Yo lo veía y miraba a cuatro tipos que me pegaban", rememoró el pugilista retirado.

Martín Vargas en Japón

Cuatro veces Vargas tuvo la oportunidad de ser campeón mundial. Sus potentes golpes no fueron suficiente. Pero en el recuerdo siempre quedará la última de esas peleas, realizada el 1 de junio de 1980, ante Yoko Gushiken por el título mini mosca.

"Yo debí haber sido campeón del mundo en 1980, pero nadie me creyó que en Japón me drogaron", comentó Vargas. Una versión sobre el combare donde perdió en el octavo Round que ha mantenido por años.

Incluso, argumentó que  fue vendido por Lucio Hernández, su representante. "Siempre he dicho que no me arrepiento de nada, si pudiera volver el tiempo atrás volvería a ser boxeador. Lo que sí, nunca volvería a firmar con Hernández. Él me robó, me estafó, me vendió en Japón por 200 mil dólares".

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