Los Enanitos Verdes en el Festival de Viña: cuando el rock latino se comió al Monstruo

Archivo Histórico / Cedoc Copesa.
Archivo Histórico / Cedoc Copesa.

Con Contrarreloj bajo el brazo, su segundo trabajo de estudio que incluyó algunos de los mayores éxitos de su cancionero como “Tus viejas cartas” o “La muralla verde”, el grupo encabezado por el recientemente fallecido Marciano Cantero abrió el Festival de Viña de 1988. Entre aplausos se llevaron dos antorchas de plata y el frontman confesó que el Monstruo era “el público más cálido y más impresionante para el que hemos tocado”.

Una popular leyenda mendocina cuenta que en 1979 una familia de turistas quiso conmemorar su viaje con una fotografía mientras visitaban el Puente del Inca, área natural protegida de la provincia y declarada Patrimonio de la Humanidad hace algunos años. Lo sabroso del relato viene un tiempo después, cuando al momento de revelar la instantánea notaron allí, junto a ellos, la presencia de unos enanitos verdes en ronda. La postal habría sido portada de algunos periódicos locales y los más viejos arriesgan con que, inclusive, se envió a la NASA con tal de comprobar su autenticidad.

Como sea, ese es el germen del nombre que le dio a su banda —o que más bien recibió por parte de un cronista— el trío que por entonces conformaban Horacio “Marciano” Cantero, Felipe Staiti y Daniel Piccolo: Los Enanitos Verdes. También es cierto que pudieron hacerse conocer como el Puente del Inca, pero en definitiva se quedaron con los improbables protagonistas de la historia.

A partir de ese curioso nombre es que hubo presentaciones como la que pronunció Pamela Hodar, exanimadora de televisión y política nacional, la noche del miércoles 17 de febrero de 1988, por cierto, jornada inaugural del XXIX Festival de la Canción de Viña del Mar:

—Ellos no vienen llegando de marte —arrancó su intro, ataviada con un llamativo vestido color azul eléctrico, pegadita a un joven Antonio Vodanovic—, vienen solamente de Mendoza. Un platillo volador aterriza sobre este escenario. Con esa alegría, con ese entusiasmo, recibimos a estos invasores.

“¡Con ustedes, Los Enanitos Verdes!”.

Para entonces, la banda argentina encargada de abrir Viña ‘88 era un éxito demoledor en las radios. Tanto de Chile como del otro lado de la cordillera. No es exagerado decir que seguían los pasos de Miguel Mateos y Soda Stereo conquistando Sudamérica. Tal vez lo llamativo es que, en su caso, llevaban casi una década tocando, pero apenas unos cuatro desde que colaron su primer hit, “Aún sigo cantando”, y su primer disco, homónimo.

Desde allí, ya con Tito Dávila en los teclados, se aliaron con Andrés Calamaro para editar su segundo trabajo de estudio, Contrarreloj (1986), que los consolidó y convirtió en un éxito de masas. “Tus viejas cartas” devino en su canción emblema y “La muralla verde” o “Simulacro de tensión” sonaban en todos lados. Esa calurosa recepción les permitió, un año más tarde, grabar Habitaciones extrañas, sumando nuevos hits a su repertorio, como “Te vi en un tren” o una remozada versión de “El extraño de pelo largo”, clásico de La Joven Guardia, de unas dos décadas antes.

Así las cosas, con un cancionero que contaba con al menos cinco o seis triunfos, se les abrió la puerta de Viña del Mar:

“Realmente, para mí… Me parece impresionante, y lo único que puedo decir es que los quiero muchísimo, que los amo. Creo que los cuatro los amamos a ustedes, porque son el público más cálido y más impresionante para el que hemos tocado, de verdad”, le decía Maciano Cantero a Antonio Vodanovic, entre una lluvia de gritos y aplausos, justo antes de recibir la primera de las dos antorchas de plata que cosecharon tras su presentación frente al Monstruo.

Sobre el escenario se despacharon un show corto pero potente. Duró poco más de media hora y estuvo compuesto por diez canciones, la mayoría de ellas, sus hits:

  • Te vi en un tren
  • Conciencia contra reloj
  • Tus viejas cartas
  • Cada vez que digo adiós
  • La muralla verde
  • Por el resto
  • Aún sigo cantando
  • El extraño del pelo largo
  • Simulacro de tensión
  • Sólo dame otra oportunidad

Como era la dinámica de aquella época, Los Enanitos también treparon hasta el plató de la Quinta Vergara durante la segunda noche, tras las presentaciones de Mr Mister, el joven Chayanne, Vivian Reed y el número de El Huaso Clavel.

Más tarde, gracias a la repercusión de “La muralla verde”, hit del momento, ofrecieron otro concierto multitudinario en Santiago. Y ese mismo año, editaron Carrousel, con sencillos como “Guitarras blancas” o “Sos un perdedor”.

La muerte de Cantero

Este jueves se confirmó el triste deceso del fundador y frontman de Los Enanitos Verdes, Horacio Eduardo Cantero, Marciano, a los 62 años.

Estaba internado desde fines de agosto en la Clínica de Cuyo de su natal Mendoza. Había ingresado por un fuerte dolor en la zona abdominal, que más tarde los médicos diagnosticaron como una “afección renal”. Su cuadro de salud, según detallaron sus familiares y el mánager de la banda, Juan Carlos Mendiry, se agravó la noche de este miércoles.

“Por más que estoy muy triste, yo tengo 30 y estos 30 años que pude pasar con él fue un regalo. No puedo dejar de estar feliz por el gran hombre que era y por todo el amor que le devolvieron estos días”, dijo visiblemente afectado su hijo, Javier, a los micrófonos, luego de que se confirmara la noticia.

En sus palabras, las últimas horas de Marciano no fueron del todo buenas: “Hoy estaba mejor, pero la verdad es que la situación era crítica. La verdad es que no era muy bueno el panorama. Quiero que lo recuerden no solo como el compositor, el cantante, el artista que era sino también como una persona maravillosa y mi mejor amigo en el mundo”.

En una de sus últimas entrevistas, que concedió el pasado mes de noviembre, Cantero había anunciado una nueva gran gira de Los Enanitos Verdes y había revelado algunos detalles de lo que era su vida ahora, con 62 años:

“Me estoy dedicando a mi jardín y a hacer vida doméstica que casi nunca había tenido, mejoró mi sueño, empecé a hacer gimnasia, cambié mi dieta, dejé de comer harinas, probé dos semanas y me fue bárbaro, así que seguí. También estuve trabajando de carpintero, haciendo los paneles acústicos de la sala donde trabajo, me mantuve activo en otras cosas”.

Su último show lo ofrecieron el 14 de agosto en Orlando, Estados Unidos. “Gracias Orlando, último show de esta gira fantástica”, escribió en aquella oportunidad Marciano.

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