“Maldigo la solitaria estrella de la bandera”: la historia detrás de la canción de Violeta Parra que anunció su muerte

Violeta Parra
Violeta Parra

“Maldigo del alto cielo”, el tema que por estas horas es tendencia en redes sociales por el intento de funa de la senadora Rincón contra el Presidente Boric, es parte del último disco que compuso Violeta Parra antes de quitarse la vida. Su letra, de hecho, para muchos es una suerte de aviso de lo que vendría.

“¡Esto no es verdad!”, prendió las alarmas este lunes por la tarde la senadora Ximena Rincón.

“Pido al equipo del Presidente que revise esto, pues no creo que sea efectivo este tuit”, escribió enseguida, con cierta ¿ironía?, luego de citar una publicación que hizo el mandatario, Gabriel Boric, en la red social del pajarito el 18 de septiembre de 2016.

La publicación, por cierto, decía lo siguiente: “Maldigo la solitaria estrella de la bandera…”.

Desde luego, al cabo de unos minutos la senadora de la Democracia Cristiana se colmó de tweets citados y comentarios que criticaban sus intenciones, al parecer un intento de funa que se quedó apenas en eso: un intento.

Porque claro, le hicieron saber que las palabras que publicó entonces el Presidente Boric parafraseaban un fragmento de “Maldigo del alto cielo”, de la histórica compositora y cantora nacional Violeta Parra.

Probablemente el que más hizo ruido fue el mensaje que le dedicó el Ministerio de las Culturas.

“Es parte de una canción de nuestra querida Violeta Parra. Le dejamos el link para que pueda escucharla si no la conoce”, le respondieron desde la cartera que lidera Julieta Brodsky.

Es más, tanto el tuit de Rincón como el del ministerio desaparecieron unos minutos más tarde. Y la parlamentaria no se ha vuelto a pronunciar.

Su nombre en redes sociales, eso sí, no para de sumar menciones desde entonces. “Pdte Boric, 2016, para los 100 años de Violeta Parra. Leer no hace mal, senadora”, le enrostró un usuario.

“No todo vale para hacer campaña. Presentar como sospechoso un tuit que tiene 6 años y que en realidad es una cita de un poema de Violeta Parra no puede ser la forma”, le contestó otra.

“El vértigo de la vida moderna provoca que, en ocasiones, nos alejemos de la fuente eterna de la poesía. Por eso, he querido compartir contigo esta magnífica edición de la obra de Violeta Parra, publicada por Ediciones Universidad de Valparaíso (dirigida en ese entonces por tu amigo Cristián Warnken). Espero que la disfrutes y compartas con tus colegas parlamentarios, para que juntos meditemos sobre sus proféticos versos: ‘Todo es penuria y quebranto,/ de las leyes de hoy me espanto’”, le escribió el poeta Felipe Cussen.

Un largo etcétera, en tanto, se tomó el tiempo de hacer lo que ella: “revivir” publicaciones pasadas de la senadora, donde admitía querer una nueva Constitución.

El “maldigo” de Violeta Parra

“Maldigo del alto cielo”, la canción que parafraseó el Presidente Gabriel Boric en 2016 y que es advertida como germen de esta improbable polémica, es parte del último álbum de Violeta Parra, Las últimas composiciones (1966).

Han sido varias las oportunidades en las que se ha discutido en torno al nombre y las implicaciones de este, su trabajo final.

Lo cierto es que, en principio, se pretendía con él presentar precisamente las últimas canciones que la cantora había escrito luego de una larga estadía en Europa. Pero que cuatro meses después de haber sido editado Parra se haya quitado la vida, cambia completamente su percepción.

Es, desde entonces, visto prácticamente como si se tratara de un spoiler.

Y más todavía cuando contiene canciones como “Run Run se fue pa’l norte”, “Rin del angelito”, “Gracias a la vida” y, por supuesto, “Maldigo del alto cielo”.

Sus letras, de hecho, parecen cargar con gran parte de la desilusión que, para ese momento, habían causado una herida irreparable en el ánimo y las ganas de la cantora:

“Gracias a la vida que me ha dado tanto,

Me ha dado la marcha de mis pies cansados,

Con ellos anduve ciudades y charcos,

Playas y desiertos, montañas y llanos,

Y la casa tuya, tu calle y tu patio”,

decía en “Gracias a la vida”.

En “Run run se fue pa’l norte”, en tanto, se describía “vacía como el hueco del mundo terrenal”, y en “Rin del angelito”, habla de un niño en el que perfectamente su historia puede proyectarse: “Cuando se muere la carne, el alma busca en la altura la explicación de su vida cortada con tal premura, la explicación de su muerte prisionera en una tumba”.

“Maldigo del alto cielo”, finalmente, es quizá el compendio de todo lo que ya no era capaz de ver de la misma manera —la bandera y cualquier emblema, la Cordillera de los Andes, la paz y la guerra, lo cierto y lo falso, etc., etc., etc.—, y desvela, también, la pena de amor que le causó la ruptura con el músico y antropólogo suizo Gilbert Favre, a quien siguió a Bolivia con la esperanza de reiniciar su relación pero, en cambio, lo halló con otra mujer:

“Porque me aflige un dolor,

Maldigo el vocablo amor

con toda su porquería,

cuánto será mi dolor

(...)

Le pongo mi maldición

en griego y en español

por culpa de un traicionero,

cuánto será mi dolor”.

Para ejemplificar el estado de cosas, la propia Violeta Parra alguna vez describió su pasar: “El invierno se ha metido en el fondo de mi alma y dudo que en alguna parte haya primavera; ya no hago nada de nada, ni barrer siquiera. No quiero ver nada de nada, entonces pongo la cama delante de mi puerta y me voy”.

A fin de cuentas, sobrepasada por el estado depresivo que la afectaba, el 5 de febrero de 1967, cuatro meses después de estrenar sus últimas canciones, decidió ponerle fin a su vida.

Lo hizo en La Carpa de La Reina, aquella especie de centro cultural que montó un par de años antes para enseñar su arte y eludir la pobreza pero que no había recibido el apoyo que esperaba.

Se disparó en la sien derecha con el mismo revólver que adquirió poco después de ver por última vez a Gilbert Favre.

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