La oriunda de Alto Hospicio vive una fulgurante y meteórica carrera en la industria para adultos, grabando con las grandes productoras del medio a nivel global. Un presente muy distante a esa joven que era influencer de moda y viajes llamada Valentina Valencia. Al micrófono de La Cuarta comparte su historia.
Dos personalidades. De esta manera, Valentina Valencia se separa de su alter ego en el cine porno llamado Gatita Veve.
“A lo que me dedico es muy fuerte, tuve que separar mi trabajo, mi personaje, de la persona que realmente soy”, dice a través de la videollamada.
La joven actualmente vive una ascendente carrera en la industria del entretenimiento para adultos, con trabajos en BangBros, Dorcel, SexMex y Brazzers. Incluso ha grabado con el popular español Jordi, El Niño Polla.
Un escenario muy distinto a años atrás, a esa Valentina que vendía ropa por internet, que estudió diseño de moda en Argentina o que fue influencer de viajes.
“Ha sido un cambio bastante grande en mi vida. Pero siento que era algo que de alguna manera siempre busqué que pasara, porque me gusta mucho el tema de hacer comunidad, me gusta llegar a mucha gente. Con la moda me funcionó un tiempo súper bien, pero aquí siento que abarco mucho más, porque el nicho del porno es muy grande y no distingue raza, no distingue colores, no tiene límites, ¿cachái?”, relata sobre este último tramo de su vida.
Pero esto comenzó en Alto Hospicio, región de Tarapacá, donde vivió una niñez y adolescencia precaria. Por esto mismo, desde muy joven “se la buscó sola”, relata al Diario Pop, pues la reinvención ha sido una forma de sobrevivencia.
“Me encanta cómo todo se ha ido desarrollando. A pesar de que han existido cosas muy malas y cosas buenas, siento que me quedo con la experiencia”, comenta.
No obstante, sería por un grave episodio que llegaría al negocio de lo triple equis. Denunció ser estafada por parte de su expareja Frank Low, hijo del actor Francisco López, quedando sin ningún peso tras realizar un emprendimiento juntos.
“Lo que pasa es que eso fue el motivo del por qué yo me metí a la industria sexual, porque siempre mi contenido de moda fue muy sensual, siempre estuvo en mi esencia. Pero cuando mi ex me hizo todo este daño —que me dejó en la calle, me robó plata, me dejó endeudada con el banco, con cero posibilidades de emprender, no tenía a nadie que me ayudara— me tuve que meter a hacer Only (OnlyFans). Y allí fue donde, después de un par de meses, entré a la industria. Siento que todas las cosas malas que me han pasado en la vida siempre trato de transformarlas en algo positivo para mí. Quizás para mucha gente puede ser ‘pobrecita, se tuvo que vender’; para mí fue una muy buena decisión y es algo que hoy me encanta”, expone Gatita.
—Eso de vender contenido en plataformas como Arsmate, se puede decir que hay un boom, varias personalidades conocidas han llegado ahí...
—Está increíble, siento que hay un destape muy grande y me encanta que esté pasando. Por ejemplo, si tú vas a Argentina o México, ya ellos han desarrollado mucho la industria del porno, hay más productoras, hay más gente que se atrevió. Pero justo ahora estamos viviendo en Chile el momento donde se están abriendo más productoras, donde más gente se está atreviendo. Y mucha gente lo ve mal, pero yo no lo veo así. Mejor que se vaya normalizando, aceptando y respetando, porque al fin y al cabo, les guste o no les guste, es un trabajo en Estados Unidos, Europa y México. Quizás nosotros en Chile teníamos la mente más cerrada.
—¿Qué crees que opina el chileno promedio sobre el vender contenido?
—Creo que la mayoría de los chilenos, o por lo menos con la gente que hablo, en secreto les encanta que haya más gente que se esté mostrando. Pero de la boca para afuera, en Twitter o en redes sociales, son muy de criticar, de mirar en menos y denigrar a las mujeres. Tú te has dado cuenta de cómo se critica a las mujeres que se dedican a esto, pero en secreto les encanta. Es muy loco. Siento que en un par de años se normalizará más.
—Eso igual es machismo también...
—Totalmente. Yo tengo muchas seguidoras que me siguen de cuando era diseñadora. La razón es que a la mujer siempre se le va a juzgar y se le va a mirar mal por las decisiones que toma, porque no es la pura o el estereotipo que la sociedad quiere que nosotras seamos. Y el hombre que hace exactamente lo mismo, no se le dice nada o no se le critica. Quiero dejar claro que no siento que lo mío sea un ejemplo de nada, solamente que son mis decisiones de vida. Pero el hombre también toma sus decisiones de vida, hacemos exactamente lo mismo y no se nos critica de la misma manera.
—El chileno es cartucho igual...
—Sí, totalmente. Pero creo que vamos en un buen camino, donde quizás en un par de años más ya no va a ser tan así. Y es bacán darme cuenta de que todas mis compañeras del Arsmate y yo estamos siendo parte del cambio.
La tormentosa relación con Diego González

Gatita Veve fue parte de los populares realities del periodista Diego González, como lo son Secreto en la Cabaña y Secreto en el Lago 2. Sin embargo, en este último programa mencionado generó más que una simple relación de compañeros: también hubo pasión, pero todo terminó abruptamente.
Valentina acusó de irresponsabilidad afectiva a González por terminar la relación vía celular, además de no acompañarla en el proceso post aborto, donde apuntó que quedó embarazada del comunicador.
“La gente dice que quería pedirle dinero al Diego, ja, ja, ja. Jamás le pedí nada. Podría haber tenido al bebé y pegarme el show para pedir plata, pero no me interesa ser así (...) Él me dejó sola en el proceso y preferí evitar el sufrimiento de un ser inocente”, expuso en aquella situación vía redes sociales.
—También tú fuiste parte del reality Secreto en el Lago 2. ¿Qué te pareció esta parte de tu vida de estar en un reality? También fuiste medio pareja de Diego González...
—Para mí fue uno de los mejores proyectos en los que he estado en la vida, a mí me encantó, lo pasé súper bien. Ahí, obviamente, estuve más cercana al Diego. Me ayudó bastante porque yo estaba creciendo mucho en el porno en México y en Argentina, que fue donde empecé a grabar. Al haber tenido esta oportunidad, siento que también me hizo mostrarme al público chileno, algo que lo agradezco bastante.
“Y obviamente lo del Diego fue un poco fuerte, toda la situación... no mezclaría el trabajo con lo que vivimos. Estaba viviendo un momento súper intenso: tenía un gatito que era mi hijo, se me murió encima, me pasó lo del aborto y, más encima, me había ido acá a Europa, a otro país... todo se me juntó y exploté. Fue muy triste lo que pasó. Pero me quedo con lo lindo, sin rencor”.
—¿Por todo lo que viviste te fuiste a Budapest?
—Tenía Budapest programado para enero de este año, pero tuve que correrlo por todo lo que pasó. Tuve que venir en febrero. Estaba súper mal psicológicamente, pero tampoco lo podía seguir postergando. Me estaban esperando todas estas oportunidades aquí. Estaba hablando con Brazzers, y si yo me venía en marzo o en abril, capaz que ya ni siquiera iba a poder tomar las escenas que tenía organizadas. Entonces, de nuevo, cuero de chancho, me tuve que poner fuerte con el dolor de mi alma e irme para acá. En todo trabajo tienes que hacer sacrificios y esfuerzos grandes para lograr tus sueños.
—¿Y cómo lo haces para tener cuero de chancho?
—Trabajé mucho en el alter ego, que es mi personaje. Cada vez que entro a escena, ya no soy yo: mi esencia, mis problemas y mis cosas se quedan fuera del trabajo. Cuando vengo y hago mi escena, es la Gatita Veve y entrego en cada escena lo que la gente espera de mí: que sea una escena increíble, que apasione, que tenga conexión para la empresa que sea. Porque sé que quedará grabado para siempre, y estoy trabajando para mis seguidores.
“La gente piensa que porque es porno una no se esfuerza”
—¿Y Gatita, qué tal la vida en Budapest? Leí que es la capital del porno...
—Es increíble, en Budapest (Hungría) y en Praga (República Checa) también. Son dos lugares donde se ha hecho mucho porno. El nivel de profesionalismo que tenía la empresa es increíble. Los actores, las actrices, fabulosos; el trato, todos los sets... Siento que eso lo disfruté muchísimo, estar en un lugar donde la industria del porno se ha normalizado tanto.
—Firmaste por Brazzers, una de las compañías más grandes. ¿Qué tal eso? Es un gran paso…
—Fue increíble. Grabé dos escenas para ellos en menos de un mes. O sea, minas nuevas que estén en el porno, que sean de afuera: nadie. Fue bacán darme cuenta de eso. Me motiva mucho más aún a seguir haciéndolo bien, a seguir creciendo, trabajando con mis redes sociales. Valorar mi trabajo. La gente piensa que porque es porno una no se esfuerza, pero yo trabajo harto.
—Conociste a Jordi, El Niño Polla, quien es popular en internet. ¿Qué tal él?
—Él es muy simpático. Pensé que, al ser una estrella mundialmente conocida, iba a ser mucho más engreído, pero fue muy amable, simpático, súper. Es muy tierno, la personalidad que muestra en las escenas es él. Tiene familia, hijos, se dedica al porno hace 12 años.
—¿Qué se necesita para ser actor o actriz porno?
—Lo más importante es tener una mente muy fuerte, es algo que te afecta psicológicamente. Ser muy creativo al momento de trabajar tu plataforma y verlo también como un negocio. No es simplemente ir y grabarse. Tiene una estructura de negocio, tienes que tener equipos que te publiquen cosas, tener ideas constantes, porque al final, si es contenido digital y es porno, hay millones de sitios donde vas a encontrar porno. ¿Pero por qué la gente tiene que decidirse por ti? Y hay que sacarse la vergüenza.
—¿Y qué se sacrifica siendo parte del cine para adultos?
—A mí me pasó que la vida íntima, tener pololo, eso ya no existe. Para mí se me ha hecho muy difícil, no he dado todavía con la persona correcta que no me vea inmediatamente como un objeto. También hay mucha gente que se te va a alejar: amistades, te encontrarán una persona sin valor, están las críticas constantes de haters. Se sacrifica muchísimo, pero se gana muchísimo aprendizaje.
Saturnalia
—¿Y hasta dónde se puede llegar?
—En este momento es trabajar muchísimo para que más gente pueda conocer mi trabajo y también poder hacer crecer mi productora porno, porque siempre he sido creativa. Estudié producción de moda, por eso a mí se me hace un poco más fácil producir. Para mí, el objetivo es hacerme un renombre, y que cuando mi productora porno esté más grande, gente de muchas otras partes quiera trabajar en ella y demostrar que Chile también puede producir porno.
—Háblame de esta productora…
—Mi productora se llama Saturnalia, que eran esas fiestas que se hacían antes en Roma: había alcohol, locura, sexo, se daban regalos entre ellos. Tengo dos producciones que hice con Saturnalia, donde invertí sus buenas lucas. Esto va enfocado en el erotismo, el sexo, pero también me gusta hacer cosas con un toque artístico.
“Y este año el proyecto es hacer un casting abierto para buscar talento en Chile. Hombres y mujeres que se quieran dedicar a esto. Voy a estar ofreciendo plata, lo quiero hacer profesional, estoy aprendiendo harto, voy a ponerlo en práctica acá. No a un nivel gigante, porque estamos trabajando en el proyecto, pero sí ir probando poco a poco, sacar un par de escenas con gente nueva, hacer las ideas locas que tengo y así ir desarrollando el proyecto”.
—¿Y cuándo abres los castings?
—El casting creo que lo voy a partir a finales de mayo. Llego a finales de abril, voy a tener un mes para reorganizarme. Solamente voy a pedir un par de requisitos: se van a hacer exámenes, existirá un pago por detrás, un tema de consentimiento, con personas mayores de 18 años, etcétera. Los requisitos mínimos para grabar.