La caída de Gérard, el francés marcado por sus traumas

Depardieu fue acusado de abuso sexual por una joven. Ni su trayectoria ni labia han frenado a la justicia gala, que ya tiene en la mira al polémico actor francés.

La vida de Gérard Depardieu es un constante balanceo entre las desgracias personales y sus éxitos en el cine. Pero esta vez sobrepasó todos los límites, pues ahora vuelve a estar en la palestra al ser acusado por una joven actriz de abuso sexual, el 7 y 13 de agosto en París, todo en medio de una colaboración profesional, según informó ayer el portal francés BFMTV.

"Se ha abierto una investigación preliminar en París por cargos de violación y agresión sexual, según una fuente judicial", expresaron en el país galo, que está conmocionado por un delito que se le imputa al actor que interpretó a "Obélix", en las películas de la clásica caricatura gala.

Su defensa lo defendió a brazo partido. "Lamento la naturaleza pública de este procedimiento que causa un gran perjuicio a Depardieu, pero estoy convencido que se reconocerá su inocencia".

La chica en cuestión sería la hija de un amigo del actor que, además, trabajaba con Depardieu y estudiaba en una escuela donde él daba clases, aportó el diario El Mundo.

Mientras, la fiscalía que investiga el caso afirmó que no realizarán declaraciones sobre el estado del proceso judicial.

Su bullado estrellato

En su rol de figura del cine, Gérard siempre ha destacado. Tiene a su haber 15 premios César como mejor actor en su país, una nominación a los Oscar por mejor actor principal en su recordada actuación en "Cyrano de Bergerac", más un Globo de Oro a mejor actor principal por "Matrimonio de conveniencia". Además, doscientas películas en su cuerpo, todo a los 69 años.

Pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, ya que el orondo actor carga con duras penas. La más grande, la muerte de su hijo, el también actor Guillaume Depardieu en 2008. "Mataron a mi hijo por dos gramos de heroína", contó en ese momento, recordando que su primogénito estuvo preso tres años por el ilícito.

En una ocasión, confesó beber 14 botellas de alcohol diarias. Mujeriego empedernido, pero traumado por las palabras de su madre, quien le confesó que lo mejor era haberlo abortado, sumó una serie de traumas que fueron moldeando su personalidad posesiva.

Se autoexilió de Francia en 2012 para vivir en el pueblo belga de Néchin, a un kilómetro de la frontera gala, todo por los altos impuestos que debía pagar en su tierra.

Frontal y cascarrabias -según sus pares-, su hijo lo catalogó en más de una ocasión de "cobarde, chantajista y vago".

Como un dejavú, cayó en esta acusación que trae a la memoria su actuación en "Welcome to New York", donde caracterizó al ex director general del FMI Dominique Strauss-Kahn, acusado de violación por la camarera de un hotel.

Ahora la justicia francesa, esa misma que Gérard criticó en más de una ocasión, deberá juzgarlo, aunque todos los dardos ya le apuntan a él.

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