
Markush: de guardia, a streamer, a artista urbano, viajando a velocidad de fibra óptica
Quizá Markush.dlfr, el nombre artístico de Marco Arismendi no te suena todavía tanto pero seguro que a tus familiares más jóvenes si. El cantante lleva 5 años haciendo canciones pero descubrió en el Kick el password para hacerse conocido.

Dice Marco Arismendi que siempre fue una persona con un humor especial. Es de esa gente que no necesita esforzarse para hacer reír. Como se dice coloquialmente, es de esa “gente chistosa”. Era algo natural y también medio incontrolable.
“Me echaron de tres colegios porque me gustaba mucho hacer reir a mis compañeros, pero nunca repetí, solamente era muy desordenado”, cuenta Markush en una entrevista con La Junta Plus. Después en un arranque de honestidad agrega en un tono semi infantil de un niño reconociendo una travesura:
“Era peleador también”.
En la actualidad Markush.Dlfr tiene 50 mil escuchas mensuales en su perfil de Spotify
“Todo lo del año pasado lo superé en una semana, yo la verdad siempre tuve fe, rezo harto igual, para tirar para arriba, porque igual me ha costado mucho”, dice y revela que lleva 5 años sacando música ininterrumpidamente pero sin demasiada notoriedad.
El 2025, Markush tiene entre sus contactos frecuentes a exponentes consolidados del género como Ithan NY, King Savagge y a Jordan 23
¿Qué lo hizo destacar por sobre las y los miles de jóvenes que suenan con hacerse un nombre en el ecosistema de artistas urbanos? Quizá usted que esté leyendo esto no lo sepa pero hay un porcentaje de probabilidad muy alto de que algún miembro más joven de su árbol genealógico lo sepa.
A principios del año 2024, Markush comenzó a dedicarse al streaming, a las transmisiones en vivo, jugando videojuegos, en colaboración con otros creadores de contenido, y quizá el perfil que lo hizo sobresalir, conectándose desde su trabajo como guardia de seguridad para una empresa que moviliza containers.
“Yo veía muchos streams, algunos me parecían divertidos, otros no tanto pero igual les iba bien, entonces pensé que igual yo podía hacerlo. Algunos amigos me decían que era chistoso y que debía lanzarme”, cuenta.
De ese trabajo como guardia, reveló, lo despidieron justamente por una transmisión en la que aparecía fumando y un micro ejército de trolls lo denunció a sus jefaturas. Actualmente planea ir a cobrar el finiquito haciendo un IRL (un stream en vivo pero desde una locación en exterior y en movimiento).
“Lo simple de hacer un buen stream, es que para hacerlo solo tienes que ser tú, si encuentras eso, quien eres realmente, a la gente le va gustar, es una cosa de esencia que la gente reconoce y valora”, señala.
Y empezaron a pasar cosas. En septiembre del 2024, cuenta en el citado espacio, se fue a Argentina. A la ciudad de Viedma en específico. “Tengo familia allá y estaba viviendo un mal momento, necesitaba un cambio. La canción la sacamos para Navidad, pero no le fue bien y fue fome porque me gasté un sueldo entero en el video”, cuenta.
“Pero en el fondo yo siempre supe que era un buen tema y que eventualmente le tenía que ir bien”, desliza. En esa época, dice, tenía un poco menos de 9 mil seguidores en Instagram. Hoy día tiene 45 mil.
Esa intuición, sumada a que la canción corrió bien en Tik Tok, ahora la tiene en 200 mil reproducciones en Spotify y 37 mil en Youtube.
“Mi sueño es sonar en todo el mundo, intento mostrar un estilo de música diferente al común logrando poder adaptarme al ritmo que se me proponga”, reza en su biografía en Spotify.
“Mi mamá no lo puede creer todavía, la otra vez estábamos en el supermercado y un guardia me pidió una foto, quedó impactada”, cuenta.
Otra cosa que se toma muy en serio Marco es su influencia en un público que es muy joven y que conecta mucho con él: “Me llegan mensajes de personas que me dicen que lo que hago les ayuda a salir de la depresión. Es fuerte, porque uno tiene pensamientos negativos también a veces, entonces es loco pensar que uno puede ayudar a personas con lo que hace. Por eso me doy el tiempo de contestar todos los mensajes y mandar todos los audios que pueda”, asegura.
“En algún momento pensé en retirarme por los malos comentarios, pero hoy en día les agradezco, porque han sido parte de todo este proceso. Al igual que me acuerdo que me molestaban cuando chico, porque yo tenía amigos que andaban en malos pasos y como yo me quedaba jugando videojuegos, me hueveaban, pero resulta que ahora estoy viviendo el sueño”, afirma.
“Para lograrlo, hay que ser muy perseverante, hay que darle y darle”.
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