Kuroh: la calma del cantante ante las expectativas

Varios ojos están puestos sobre el joven chileno-cubano Vicente Alfonso, aka Kuroh, como una de las promesas del género. La recién estrenada segunda parte de un disco con su banda “Bouncy Boys” parece ser el comienzo de un año de consolidación.

“Me emocioné caleta, supe que estuve pre nominado a varios, pero quedé en una. Estoy agradecido y tranquilo. Ahora toca esperar qué pasa para ir de terno y corbata a la premiación. Pero por sobre todo estoy contento de estar nominado”, así se expresaba Kuroh sobre su nominación a rookie del año para los premios La Junta del año 2022.

El título terminó por recaer en la sensacional Akriila, sin embargo, varias señales apuntan que el 2023 podría ser el año de Kuroh. Un posteo de los connotados de Trap2day al menos así lo señala:

“Con un flow que recorre de Cuba a Santiago vía West Palm Beach, Kuroh trae un sonido y una propuesta novedosa a la mesa del trap nacional. Junto a la ganga de los 7 y siempre acompañado de la banda de los Bouncy Boys, Kuroh ha sabido llenar un espacio que estaba disponible entre los titulares de la movida callejera”.

El post está refrendado por comentarios de insignes del género como Ceaese que escribió “pongo mis fichas”, Teorema que le puso un emoji de dragón y Jamez Manuel que tipeó “CRAQUE”.

Pareciera ser, eso sí, que el éxito inmediato o pegarse, como dicen las y los artistas del género, no está entre los objetivos de Vicente Alfonso. Así lo explicaba en Ciudad de Beats el año 2021.

“En un año estaré donde tenga que estar, la verdad es que no me proyecto mucho. Mi objetivo es hacer y sacar música. Trabajar mucho. Eso dará frutos para, no sé, en 5 años ya con la pescada más armada, decirte por ejemplo que quiero aterrizar en el W con un helicóptero”, dice riendo.

En el vodcast Alegría Máxima explicará sobre el concepto que para él es clave: la calma.

“Cuando uno está con calma, puede hacer algo único, conectar. Si uno está pensando en sacar video y video, como una fábrica, sacaste 10 y tienen tu sello pero también cosas de otros, no es mi volá. Prefiero tomarme mi tiempo y hacer algo que me guste realmente”.

En ese espacio también reflexionó sobre su formato favorito: el álbum.

“Siento que es más especial un disco, para mí y para la gente que escucho. Hay temas que de repente saco, o los de otros artistas sobre todo, que los reviento escuchándolos. Pero para mí un disco es algo muy diferente, porque tiene un contexto, una historia, es algo que tiene más peso que un single.

Este mes, junto a su banda los Bouncy Boys, lanzó la segunda parte de Bouncy Boys Band.

Cuba, Florida, Santiago

En Ciudad de Beats Kuroh contó que desde los 15 a los 19 años vivió en Estados Unidos.

En específico, residió y estuvo en la high school en Palm Beach. La historia de Vicente Alfonso es bien particular. Hijo de un cantante de salsa cubano y madre chilena, nació y creció en Santiago de Chile. De adolescente, se fue a vivir a Palm Beach por el trabajo de la pareja de su madre.

En Chile hizo sus primeros experimentos en la música, incluso formó una banda. “Empecé a tocar bajo a los 11 años, era full Red Hot Chili Peppers ahí, slapeando el bajo y bailando a lo Michael Jackson”, contó en CDB.

Pero es en Florida, tierra del fallecido XXXTentacion, Lil Pump, Ghostemane, Rick Ross entre otros, que Kuroh empieza a sentir atracción por el rap y la denominada música urbana. Entre sus influencias foráneas destaca a Lil Baby y Fridayy.

En Ciudad de Beats y respecto a la pregunta de qué artista nacional admira, sin dudarlo mucho dice: “Admiro a Catana”. Desde allá, empezó a establecer conexiones.

En Alegría Máxima contó que escuchaba mucho a Poison Kid. Se conocieron por Instagram y así se hizo amigo también de Killua 97, Young Weapon, Baby Jey y Mlshbts.

En Ciudad de Beats contó que, pese a estar viviendo en un lugar como Estados Unidos, siempre pensó que su carrera musical debía a lo menos comenzar en Chile. “Es cierto que allá están todos los peces, pero yo pensaba que no podía lanzarme con algo tan arraigado a otra cultura, porque considero que lo que yo hago es súper chileno. Quizá podría haber pasado algo allá, pero fue cuando volví que empezaron a darse las cosas. Y además tampoco podía pensar en un mercado así de gigante, creo que acá es el lugar para hacerlo, por el momento”.

La idea la refrendó en Alegría Máxima: “A mí Santiago me inspira brígido, no es una ciudad especialmente bonita, pero pasan muchas cosas. Es el contexto donde estamos, y hay que hacerle música. Me gusta hacer canciones de lo que me pasa acá, en esta época, en este lugar, si no hago eso, siento que no es real”.

“Tengo esa necesidad de llenar un vacío y eso va en lo que al final quiero hacer, la música que me gustaría escuchar. A mi me gusta la música de auto, full ambient, y eso no estaba en español. Creo que también es importante ser buen oyente, ser una esponja, inspirarte de todo y también escoger bien qué vas a soltar”.

Así también y quizá respecto a las expectativas que la escena tiene puesto en sus capacidades, Kuroh toma posición: “Siento que, y yo me meto en ese saco, de la música que es underground, que tiene algo que es distinto. No quiero basurear a nadie, pero es otra la búsqueda”.

Con solamente 3 años de carrera, 22 años, varios singles y feats, dos EP en solitario Fit the discription y La misma noche y los dos álbumes con Bouncy Boys, Kuroh se toma las cosas con calma: “Siento que todo sale mejor si lo haces bien desde el principio. Si haces bien el disco, le va a ir bien. Si lo cantai bien, la gente se lo va a saber en los en vivo. Si suena bien, a la gente le va gustar. Pero por eso creo que hay que hacerlo bien y no a la rápida para cumplir con los parámetros de la industria y las redes sociales. O discos que tienen así pensado tener un bounce, un trap, un reggaeton, como por obligación. No me gusta eso, para mí, eso deja de ser auténtico”.

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