Le envidia la polola al tata

"Vivo en frente de una colombiana de película, que tiene más curvas que la botella antigua de la Fanta y que cuando pasa provoca tortícolis en la calle...".

Doctor Cariño:

Tengo rabia por lo injustas que son las cosas, mi caballero. Vivo en frente de una colombiana de película, que tiene más curvas que la botella antigua de la Fanta y que cuando pasa provoca tortícolis en la calle. Es terrible, doctor. Una verdadera diosa con medidas más potentes que las que ofrece el gobierno.

El tema es que hace un tiempo que empezó a salir con un tata, viejo de frentón, que fácilmente podría ser hasta su abuelo. Yo no sé cómo al veterano no se le ha parado el corazón con semejante monumento, mientras yo sólo puedo acariciarla en mis sueños húmedos, donde las hago todas y en "HD". ¿Qué puedo hacer, doctor? Soy muy penca como para que Yohaira, así se llama, al menos me mire. Ayúdeme a envalantonarme, por el amor del Todopoderoso.

Mati

Mi envidioso:

Primero que todo, aleje a la envidia. Como decía el Chavo del 8, esa lacra "mata el alma y la envenena", así que no saca nada con desearle un ataque cardíaco al tata, que debe gastarse una huasca de fuste para imponerse en el arte amatorio, donde ya sabemos que el coludo sabe más por diablo que por viejo.

Además, no sé a lo que usted llama apolillado. Puede que vea como un jubilado a un gallo que tiene los músculos más aceitados que su jovial, pero penca jilguero. Así que el mejor consejo que le puedo dar es que la corte con desear a la mujer del prójimo. Mejor, busque su propio destino y deje de mirar la paja en el ojo ajeno, sobre todo porque parece que de este concepto es lo que más sabe.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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