Con las manos en la masa, la mirada perdida y la sonrisa perfecta se encontraba un conocido vendedor de frituras de Puerto Montt, minutos antes de ser suspendido por califa.
Cerca de las 14 horas del lunes, el perla ardía más que el aceíte utilizado para freir las sopaipillas, sopaipletos y otros alimentos que vende al público.
Para calmar las pasiones, el piedra de curanto aprovechó la presencia femenina que se encontraba al interior del carrito, ubicado en la calle Copiapó, junto a un paradero de locomoción colectiva, y le pidió que amasara la mercancía.
La golosa no se hizo de rogar y se tiró con las dos manos a trabajar en el "emprendimiento".
El hecho fue registrado por la cámara del teléfono celular de una vecina del sector que presenció el acto sexual y se calentó de pura rabia con tamaña inmoralidad, pues la zona está cerca de un centro comercial y plagada de establecimientos educacionales.
Más rápido que un conejito, la indignada mujer llegó hasta las oficinas municipales para denunciar el hecho a los inspectores, quienes se dejaron caer en el "carrito del placer" pa' sacarlo de circulación por vender sopaipletos sin masa y no estar con los permisos al día.
"En Puerto Montt ha aumentado el comercio ambulante de una manera exponencial. Es lamentable ver este tipo de situaciones", dijo Alejandro Bernales, vecino del lugar.
Inspección
La denunciante, quien prefirió mantener en reserva su identidad, sapeó que la zona carece de seguridad y, por ese motivo, fue a poner el grito en el cielo a la municipalidad.
El concejal Rodrigo Wainraihgt le confirmó la denuncia a La Cuarta y aseguró que efectivamente hay un registro del hecho. "En el video se ve a una mujer en dudosa posición y esto motivó a los funcionarios municipales a fiscalizar el lugar".
Finalmente, el concejal dateó que hoy continuarán la inspección al lugar. "El carro está cerrado hasta nuevo aviso", dijo.
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