El chileno que la rompe en el básquetbol callejero

Diego "Madness" Moya (29) fue reclutado por Court Kingz, el equipo estadounidense donde confluye la elite de la disciplina.

Desde que tenía 7 años, Diego Moya (29) se juntaba con sus amigos del barrio en San Bernardo para jugar hasta la madrugada en un improvisado aro de básquetbol colgado en un poste de la calle.

Ya en ese tiempo comenzó a demostrar el talento que -tras llevarlo a distintas selecciones a nivel local y sudamericano- hoy lo tiene encumbrado como uno de los principales exponentes a nivel mundial del básquetbol callejero, una disciplina que, según el mismo explica "es como lo que hace Ronaldinho con la pelota de fútbol, pero en básquetbol. Antes de hacer un punto o dar un pase, viene primero la pirueta, la maniobra".

Sus posteos en redes sociales y sus participaciones a nivel local llamaron la atención de los Court Kingz, el equipo estadounidense considerado el mejor de la disciplina. "Me echaron el ojo y me invitaron a participar al tour en Venezuela", que acaba de culminar hace pocos días.

Ahí fue a participar por el equipo que se enfrentaría a esta potencia mundial, "pero tuve tan buen partido que me ofrecieron altiro jugar con ellos y al segundo partido ya era titular con el equipo", cuenta Moya, quien es conocido en el circuito por su apodo de "Madness". A partir de ahora, será parte de la gira mundial del equipo: EE.UU., China y Sudamérica.

- ¿Cual es tu característica principal en la cancha?

Yo soy el que toma el balón y hace los trucos, el que te engaña, el que te hace un hoyito y juega con el público, como Ronaldinho.

- ¿El resto del equipo cumple otras funciones?

Todos tienen habilidad, pero algunos destacan por sus saltos, clavados y driblings. Son lo mejor de lo mejor.

-¿Cumplen alguna función social?

La idea es motivar a los chicos a que se encanten del básquetbol y sacarlos del lado callejero.

- ¿Cuál es tu objetivo ahora que estás en la elite?

Ya con esfuerzo, empezando desde abajo, logré ser considerado en el circuito como el mejor de Sudamérica. Pero me falta cumplir mi sueño de chico, que es llegar a ser el mejor del mundo y poner a Chile en el mapa del básquetbol mundial.

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