La vida por los controles

Lo que por años fuera un hobby, hoy se ha convertido en la ocupación de varios chilenos, que buscan la gloria y el sustento como gamer profesional. Rutinas de entrenamiento, horas de estudio teórico y hasta cuidados alimenticios marcan el camino de quienes apuestan a ganarse dinero "apretando botones".

Muchos de los que dedicaron largas horas de su juventud a los videojuegos convivieron con la frase "deja de gastar tiempo, que eso no te dará de comer". Una muletilla de los padres que con el correr de los años se ha ido alejando de la realidad. O al menos así lo viven una serie de chilenos que han hecho de ser "gamer" la forma de ganarse la vida.

Los US$3 millones de dólares que obtuvo el estadounidense de 16 años Kyle Giersdorf, al ganar el mundial de "Fornite", o que la definición del torneo planetario de "League of Legends" (dos de los juegos más populares a nivel mundial) supera la audiencia del Super Bowl, son señales del impacto que han tenido los videojuegos en el planeta y ese es el camino que desde acá algunos pretenden emular.

"Partimos juntando dinero para Mattías Riquelme, un amigo que apostaba a competir en un torneo de Mortal Kombat en Estados Unidos y terminó siendo 24 del mundo. Tras eso decidimos arriesgarnos a formar un equipo profesional", cuenta Sebastián Olivos, gerente general de Aracne ESports.

Olivos es una de las mentes tras el proyecto que, en tres años, pasó de ser una idea a estabilizarse en un equipo que cuenta con 6 directivos, 45 jugadores, contratos, apoyo de marcas y una estructura empresarial.

"Cuando ves que hay marcas que están fuera del circuito de los juegos o la tecnología que se empiezan a interesar y apoyarte, sientes que se avanza. Asus, Razer, Gskill y RedBull hoy confían en nosotros y es un empujón importante", señaló el director, quien trabaja en el departamento de cyber seguridad de Falabella y comparte su tiempo entre ese empleo, la administración del club y su entrenamiento en Mortal Kombat, que lo llevó a competir fuera del país en 2017 y 2018.

"Existe mucho trabajo detrás, de entrenar los reflejos, de estudiar la teoría, los frames por segundo que dura cada golpe y saber cómo enfrentar una pelea. Todo un plan de estrategia", remata quien con joystick en mano deja de ser Sebastián y se convierte en "KAN3DA".

Apadrinados por la UC

El interés por estar en la vanguardia de los deportes electrónicos ya es una constante a nivel mundial y equipos como Barcelona, PSG, Schalke 04 armaron sus equipos de jóvenes que se pusieron su camiseta para defender los colores en el campo virtual.

En Chile, la tendencia rápidamente se emuló, siendo Universidad Católica el primero en atreverse a financiar un equipo de Leage of Legends.

"Fue un paso importante para la escena local, porque ese respaldo permite planificar toda la temporada. Me contactaron de Cruzados para ser coach del equipo y por eso me instalé en Chile", explica Líbano Cazolas, venezolano de 27 años que tras ser entrenador en Chile y México, se instaló en el país para vigilar el plan de trabajo del equipo formado por la UC.

"El entrenamiento es de seis horas diarias en promedio. Lunes y martes hay partidos oficiales, el miércoles entrenamiento más libre y de ahí en adelante preparamos las partidas de la semana siguiente. El único día libre es el sábado", explica Cazolas sobre el estricto régimen de preparación.

"Hoy existe un equipo pensando en esto toda la semana, con aspiraciones de ganar cosas. Un club nos dio espacio a dedicarnos a esto y la apuesta es retribuir esa confianza llegando lo más lejos posible", finalizó.

El "Nido" de los ciberñoños

El boom de los videojuegos competitivos hizo que las distintos grupos clamaran por un espacio para jugar y entrenar , y así fue como nació uno de los espacios más preparados de Sudamérica para la comunidad gamer.

El Movistar Game Club, inaugurado en las instalaciones de los juegos Diana, es hoy el "refugio" para cientos de jugadores que allí se preparan. Hay 81 computadores, 10 consolas y tecnología de punta para soportar el tráfico de gente.

"Se puso a disposición tecnología de punta y la fibra óptica de Movistar, que es la sangre en las venas de este lugar. Los gamers necesitan una conexión de primer nivel y así hemos visto cómo esta comunidad que crece no tiene techo", aseguró Mario Vigorena, director de contenidos del nuevo epicento de los jugadores locales.

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