El "tiburón" Contreras ahora nada en aguas eternas

Corría el verano del '53 cuando el pequeño Víctor Contreras vivió una experiencia que cambiaría su vida. Mientras observaba a los demás nadando desde el muelle Las Torpederas de Valparaíso, un desconocido le dio un empujón.

Como Contreras no sabía nadar, empezó a dar manotazos de ahogado, hasta que logró mantenerse en la superficie. Fueron las primeras brazadas del "Tiburón".

El apodo se lo dieron el '78, cuando Contreras se preparaba para cruzar el Estrecho de Magallanes. Mientras nadaba en las aguas de Valparaíso, el deportista vio las aletas de un escualo. Un bote lo rescató. Luego el rumor se esparció. "Empezaron a decir que dos hombres habían salvado a un nadador de ser devorado por tiburones.Ahí, después de aquel episodio, nació mi nombre, Tiburón", le contó a La Tercera el 2015.

En 1979 realizó la gran proeza de su vida. Se convirtió en el primer chileno en cubrir a nado el Estrecho de Magallanes sin traje de goma. Para aguantar las bajas temperaturas se protegió como los antiguos ýamanas con graso de lobo marino.

Un año después cruzó el Canal de Beagle y luego lo siguió el Cabo de Hornos. Pero su mayor logro lo consiguió una mañana del 31 de agosto de 1981, cuando obtuvo un récord mundial al cruzar el Estrecho de Gibraltar, desde Tarifa hasta Tánger. Es que Contreras logró unir los continentes de Europa y África en tres horas y 27 minutos. La marca perduró durante 14 años.

Años dorados

Fueron los mejores años de su carrera. En 1982 braceó por el Canal de Chacao y fue el primer ser humano en completar ese periplo. Ese mismo año, y con su 1,64 metro de estatura, nadó los 42 kilómetros del Canal de la Mancha en 12 horas y dos minutos.

En 1987 culminó su carrera. Aunque no consiguió su objetivo, se convirtió en el primer y hasta ahora único hombre en aguas antárticas sin traje de protección.

El terremoto del 2010 arrasó con su vivienda en Valparaíso. El apasionado deportista, técnico electricista de profesión, debió trasladarse junto a su esposa Mafalda Espinoza a la ciudad de Quilpué. Allí, un derrame cerebral lo tuvo luchando en aguas profundas.

Víctor Contreras Olguín se encontraba desde hace un tiempo con bastantes problemas de salud, el mal de la diabetes lo mantenía con constantes hospitalizaciones y en mayo recién pasado una infección le complicó aún más el panorama, debiendo ser internado para amputarle una de sus piernas.

A las 2.30 de madrugada de este martes y con 73 años, el Tiburón Contreras dejó de existir en la Unidad de Pacientes Críticos del Hospital de Quilpué, donde se encontraba grave y hospitalizado desde hace dos semanas, por una insuficiencia cardiaca congestiva avanzada.

Los restos del nadador de aguas abiertas más destacado de nuestra historia está siendo velado en la Iglesia Los Sagrados Corazones, en su querido Valparaíso. Mañana, desde el cementerio 3 de Playa Ancha, iniciará su hazaña más importante en los océanos eternos.

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