A Julen Lopetegui está que lo pilla el karma

Más temprano que tarde la vida le pasará la cuenta al DT que cambió a la selección hispana por el Real Madrid, donde por los malos resultados está al borde del despido.

De la mano de Julen Lopetegui, la selección española aspiraba a ser uno de los firmes candidatos a ganar el Mundial de Rusia 2018. Sin embargo, a dos días de la inauguración de la cita mundialista, una noticia sorprendió al planeta futbolístico. Luis Rubiales, presidente de la federación de ese país, anunciaba la destitución del técnico debido a su negociación en secreto con Florentino Pérez, máximo timonel del Real Madrid.

Tras el descalabro, en la Roja europea no quisieron hacerse mala sangre y prefirieron dar vuelta la página rápido. Pero aquello trajo consecuencias.

Mientras España sufría una dura eliminación en octavos de final ante el anfitrión, Lopetegui posaba como el flamante reemplazante de Zinedine Zidane en el equipo merengue. Emocionado, el vasco inició su camino en la escuadra madridista con la ardua tarea de repetir los éxitos del período de "Zizou". Pero el karma siempre se encarga de aparecer. Y Julen comenzó a sentirlo apenas se sentó en el banquillo.

La planificación de la temporada arrancó con el pie izquierdo. Tras la salida de Cristiano Ronaldo, Julen esperaba un refuerzo poderoso, a la altura del ídolo portugués. Un Neymar, por ejemplo. Pero el bolsillo de Florentino no estaba para seguir derrochando euros, y según palabras del propio presidente, Benzema, Bale y Vinícius eran nombres que bastaban para enfrentar los tres frentes del año. Grueso error.

A Lopetegui no se le cumplió ninguna petición. Courtois y Odriozola nunca fueron una prioridad para el técnico. Con esos antecedentes, el futuro no se veía próspero, sobre todo considerando la eterna lucha ante su archirival Barcelona, que se proyectó desde el principio como un equipo más sólido en todas las líneas.

La falta de experiencia también pesó sobre Lopetegui. Ante la ausencia de buenos resultados, el estratega merengue no mostró capacidad de reacción. El poco manejo de camarín se hizo sentir también en la falta de amor propio de jugadores acostumbrados al éxito. A eso se suma también la falta de forma física de un plantel que no logra tener reacción ante resultados adversos. La derrota ante Levante de este sábado fue el mayor ejemplo. Los merengues tuvieron 77 minutos para dar vuelta un 0-2, que se hizo imposible en casa. Situación que hace un tiempo era llegar y abrazarse.

Ahora, a Lopetegui solo le queda rezar para mantener la pega. Su futuro pende de un hilo y todo parece indicar que su finiquito llegará antes del término de temporada. Solo falta la fecha...

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