La Marea Roja convirtió a Río en una feria de las pulgas

Hasta fuegos artificiales hubo en la previa animada por 4 mil compatriotas, que bebieron como si la cachaza se fuera a acabar.

Si no hubiera sido por el mar de fondo, a lo Cerati, bien podría haberse tratado de un funeral narco, porque hasta fuegos artificiales hubo en el domingo donde la Marea Roja, fiel a su estilo, se tomó la playa de Copacabana.

Muchos pasaron de largo y otros de verdad madrugaron para ser parte de los más de 4 mil chilenos, quer ayer dieron vida un día de fiesta y emprendimiento, porque hay que decir que muchos de los compatriotas, aparte de beber como si la cachaza se fuera a acabar, también se instalaron con pymes para costear la ruta al tricampeonato.

Entre los genios de los negocios, obviamente, no podía faltar el "Chapulín", según el hincha número uno de la Roja y a estas alturas el CEO de una tienda itinerante, que le vende poleras y buzos, estilo Tacna, por sobre las 20 lucas.

Con una verdadera carpa en la playa y una reposera con sus pies sin despegarse de la arena, Mario Moreno, el alias a estas alturas de "Chapulín", ofrecía como gran cosa la "7" de Esteban Paredes, pero por Colo Colo. Es que el "Eterno" siempre es lo que más vende.

Guatita llena. Sin embargo, la especie de "persa" chileno instalado en pleno corazón de Copacabana, que según contaron los lugareños espantó hasta los patos malos locales de las favelas cariocas, también contó con puestos de comida y, sobre todo, brebaje.

Un colocolino, por ejemplo, se instaló con un carrito de completos, y otro más allá de la "U" se avispó con las caipiriñas.

Y así transcurrió una tarde inolvidable, donde el broche de oro fue el "banderazo" en las afueras del Hilton, el epicentro que escogió el equipo de Rueda para esperar el partido de hoy.

Cubierto con una gran bandera chilena, el cinco estrellas de Río requirió seguridad extra, porque los mismos 4 mil emparafinados hinchas de la mañana llegaron a gritar hasta quedar sin voz.

COMPARTIR NOTA