El último papel de O’Ryan fue en la célebre Pacto de sangre, de 2018. Antes, consolidó una soberbia carrera de dos décadas entre las áreas dramáticas de Canal 13, TVN y Mega.
Allá por 1982, Nueva música joven, espacio emitido en Teleonce, ahora Chilevisión, sirvió como plataforma para que Sandra O’Ryan diera sus primeros pasos en la pantalla chica.
Entonces pocos imaginaban que ella, una joven actriz, fuera capaz de dibujar una carrera tan prolífica y presumir dos décadas de trabajo, una veintena de producciones, su participación en algunos espacios de concursos e inclusive en un reality show.
Pero vamos de a poco.
Antes, O’Ryan —25 de diciembre de 1960, 64 años, madre de la también actriz María José Urzúa— registra un paso, como modelo, por Sábado gigante a contar de 1985 y hasta 1988, cuando dejó a Don Francisco para integrarse al área dramática de Canal 13 a cargo de Vicente Sabatini.

Su estreno, ese mismo año, se concretó en Vivir así bajo la piel de Gina Mora. Allí se desempeñó junto a Sebastián Dahm, quien sería su pareja entre 1990 y 1995.
Sus papeles en La intrusa (1989) y Acércate más (1990) le permitieron extender su contrato en el canal y, más tarde, coprotagonizar Ellas por ellas, Fácil de amar, Doble juego, Top secret y Amor a domicilio. Con su compañero en aquellas ficciones, Cristián Campos, comenzó un romance a partir de 1996.
Su contrato en Canal 13 expiró en 2001, dejando en su haber, también, novelas como Adrenalina, Playa salvaje, Marparaíso, Cerro Alegre y Corazón pirata. Al tiempo que participó en La rubia de Kennedy, película de 1995 dedicada a la leyenda urbana homónima.
Tras cambiar de aires, las apariciones televisivas de O’Ryan se acotaron, aunque se las arregló para desfilar por TVN, Mega y Chilevisión: 17, Vivir con 10, Teatro en Chilevisión, BKN, Pollo en conserva, algún episodio de La Nany y El día menos pensado. Incluso La Granja VIP y El Baile en TVN contaron con su implicación. Hasta que regresó a su casa televisiva para cerrar el círculo con Papi Ricky (2007) y, tras otras cuantas, Pacto de sangre (2018).
¿Qué ha sido de su vida?
Después de participar en la Vedetón (2015), donde impresionó por el desplante y su trabajado físico a sus 55 años, y en la célebre Pacto de sangre, interpretando a Paula Correa, no se supo mucho más de Sandra O’Ryan.

De ahí que su hija, María José Urzúa, entregara algunas pistas hace un tiempo:
“Mi mamá no está trabajando, hoy se encuentra disfrutando de la vida. Trabajó por muchos años y ahora se merece descansar. Además está convertida en una abuela chocha”.
Así las cosas, alejada —¿para siempre?— de la televisión y con esporádicas apariciones en redes sociales —su publicación más próxima data de enero—, lo último de la actriz fue una mención en un testimonio de Antonio Campos en el marco de la denuncia por abuso sexual contra su padre, Cristián.
Campos dijo lo siguiente:
“La frase más importante y que me llamó la atención fue cuando dijo que ‘cómo podíamos pensar nosotros que era ese tipo de persona’. Él dijo que ‘si hubiera sido así’, cuando tuvo su relación con Sandra O’Ryan, y si hubiera sucedido algo, lo habría hecho con la hija de Sandra que es más guapa que Raffaella, a lo cual mi hermano le dice: ‘es una niña’, y mi padre sólo hizo gestos en son de desprecios”.