“Yo era como la cabrona…”: Raquel Argandoña recordó la vez le intentó hacer gancho a su amiga con un vedetto

Tal Cual.
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La conductora de Tal Cual relató su particular anécdota en un bar con strippers con sus amigas.

En el reciente capítulo de Tal Cual, los conductores José Miguel Viñuela y Raquel Argandoña conversaron con el panelista Jordi Castell sobre el comercio sexual, a raíz de la medida que tomó la municipalidad de Providencia.

Fue en este contexto que la Quintrala sorprendió a sus compañeros con una particular anécdota en un bar de strippers a dónde fue invitada con 4 de sus amigas.

Raquel comentó que si bien eran un poco más jóvenes que ella, iban todas muy arregladas e incluso las llevaron hasta el club en una limusina del local.

“Nos invita a un baile privado...”

“Llegamos, estábamos en un privado con espumante, lo que quisiéramos. Ahí empezaron a salir los vedettos, estupendos todos. Pero había más mujeres, y uno de los bailarines saca a bailar a una de nosotras”, relató.

En esa misma línea, agregó que “los tipos son muy regios y las chicas van a hacer despedidas de soltera, los toquetean y todo el cuento”.

“El administrador del local nos vio muy como complicadas, nosotras muy agradecidas de la invitación, entonces nos dijo que nos invitaba a un baile privado con los vedettos”, confesó Raquel.

La conductora explicó que debían escoger al vedetto que querían que les bailara y una amiga escogió a uno de los hombres que estaban en el lugar. Raquel destacó que esta amiga de ella tenía muchas lucas y estaba casada con un hombre de 85 años, por lo que comentó que ellas le hacían el favor de sacarla para ver “esta carne joven”.

Tal Cual.
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Tras el show, el vedetto se quedó compartiendo con Raquel y las otras mujeres. Sin embargo, esta amiga empezó a agarrar confianza y le pidió a la conductora si podía preguntarle al bailarín cuánto cobraba.

“Yo le dije ‘¿Por qué no preguntas tú? Si vo’ no vives aquí'”, le respondió Raquel, aunque finalmente reveló que le consultó al vedetto, que se llamaba Gustavo, cuándo cobraba ya que su amiga quería saber.

“¿Tú sabes lo que dijo? ‘No, yo soy el único que no sale del local. ‘¡Sale!’ le decía yo. ‘Ella dice que era para conversar’. Yo era como la cabrona del cuento”, reveló entre risas Raquel.

Finalmente, la Quintrala contó que “para resumirte el cuento, ella le pagó por otro baile, él le bailó solo con zunga”, agregando que su amiga no se llevó a la casa al bailarín.

“Ahí terminó (la historia), después nosotros bajamos y el tipo estaba compartiendo con todas las otras niñas que le pagaban tragos y tomaban. Si ellos se iban o no se iban, a lo mejor nos encontraron muy viejas, da lo mismo”, sentenció Argandoña.

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