En fin, la hipocresía

El Jordan 23.

“Sepultar a El Jordan 23 por expresarle su agradecimiento al público mexicano tiene sabor a derrota cultural”.

El último mes ha sido clave para la expansión internacional de El Jordan 23. Primero estuvo en La Velada del Año 3, un evento que rompió todas las marcas de audiencia en Twitch, y luego fue recibido con los brazos abiertos en México, un mercado de vital importancia para abrirse paso dentro de Latinoamérica.

Lo que ocurra fuera de Chile con El Jordan 23 puede ser muy revelador. Esto debido a que se trata de un artista que representa fielmente la estética labrada por los cantantes urbanos de nuestro país, especialmente en cuanto a la jerga, que por lo visto en México no fue ningún obstáculo como tanto advertía Álex Gárgolas.

Pese a ser un hito significativo para el artista y una señal positiva para el género completo, lo más comentado del paso por México de El Jordan 23 fue el video de su show en el que, visiblemente emocionado por el cariño del público azteca, dijo que: “Yo siento que aquí en México me aman más que en mi propio país”.

La frase era una inofensiva demostración de alegría, totalmente entendible en el contexto de un show con las sensaciones a flor de piel, pero fue enmarcada como una ofensa a la patria por las redes sociales y por las páginas de Instagram que camuflan de informativo su contenido sensacionalista y malintencionado.

Los dichos de El Jordan 23 fueron interpretados como una falta de respeto al país completo y a los fans que lo apoyaron desde el principio. La cantidad de hate que le cayó encima solo se puede calcular en toneladas. En vez de enfocarse en sus nuevos horizontes, el cantante tuvo que salir a pedir disculpas.

Incluso la directora audiovisual del cantante, Franchesca Ciudad, subió registros en video a modo de voucher para demostrar el amor de El Jordan 23 por Chile y refutar el amarilleo del que estaba siendo acusado. En ellos se ve al cantante orgulloso de su bandera en todo tipo de actitudes e instancias de corte patriótico.

Ahora los comentarios de El Jordan 23 en Instagram están llenos de alusiones a lo sucedido en México. Si los sumamos a las ya numerosas menciones a su vida privada, tras las intimidades reveladas hace semanas por una pareja suya, el resultado es que casi nadie está hablando sobre lo que importa: la música.

Difícil pedirle a la gente que no se fije en los romances de un famoso, algo que siempre ha sido objeto de interés masivo, pero sepultar a El Jordan 23 por expresarle su agradecimiento al público mexicano tiene sabor a derrota cultural. Es una reacción demasiado obtusa y retrógrada como para darse en pleno 2023.

No podemos olvidar que los dichos de El Jordan 23 forman parte de una tradición. Desde que el arte es arte, el forastero besa el suelo del país que lo recibe para ganarse el favor de su gente. Nada más clásico que Julio Iglesias en el Festival de Viña de 1981 diciendo: “Si tuviera un hijo, le pondría Chile”.

Piropear a una audiencia es parte del oficio. De hecho, acá el público tiene un largo historial de romances con músicos extranjeros por hacer exactamente lo mismo que El Jordan 23 hizo en México. Aparte de contener arrebatos patrioteros medio fascistoides en su interior, esta ola de hate es totalmente hipócrita.

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