Se enganchó de jovencita en un paseo con el perrito

Doctor:

Adopté un perrito. Es un quiltro más lindo que un sol. Pero me quiere y me ama tanto que el otro día lo llevé a la plaza y una poodle se me tiró a morder. Ahí quedó la tendalada . Mi Tony la agarró y le dejó la peluca chueca a punta de mordidas. Me lancé al suelo a soltarla de mi sultán, hasta que logré sacársela del hocico. Apareció su dueña, una niña de 25 años y más hermosa que un billete de 25 lucas encontrado en la calle. Le ofrecí mis excusas, la llevé a la veterinaria y me gasté 50 mil en medicamentos, parches curitas y demases. Cuento corto. La joven agradecida me dio un  besito en la cara. Algo cache y di vuelta mi mejilla y terminamos en un atraque de aquellos. No he hecho nada más allá de eso. Tengo 43 años, estoy casado y sé que la cabra quiere de todo conmigo. Urgente aconséjeme.

Lalo

Don Eduardo:

Esta historia animalista son de esas como para verlas en el cine con un kilo de cabritas y un litro de bebida ligth y no engordar tanto. Es linda, chistosa, pero tiene un purito detalle: usted no puede ser tan fresco de traste para engañar a su señora, comerse un filete que ni si quiere cacha y que le chantó un beso sin saber quién es usted. No sea longi. Diviértase con su perro héroe y valore otras cosas en su familia que quizás no tiene idea. Su mujer no necesita a un marido que le ponga los cuernos. Quiere a alguien que la proteja, que la acaricie, que le chante las hortalizas. Y él, en cambio, vale callampa y anda moviendo la colita como su quiltro con cualquier desconocida. Póngase las pilas. Puede perder la posibilidad de volver a encantar a la mujer que le dijo "Acepto'' en el altar. Pajarón.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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