Calcetinera cayó redondita con un goleador de verdura

Caballero del amor:

No quiero que se sepa su nombre, porque van a decir que soy la típica pelá que le gusta la farándula y el guañaño con ruedas.

Hace un par de semanas, al pasaje llegó un futbolista de un equipo grande, re conocido y lolito.

Yo tengo 16, pero parezco de 20 por lo que dicen, porque con la dieta del pollo, a puro cogote, me crecieron las medias callaguaguas.

La cosa es que este longi, que es terrible ranqueao, obvio que las dejó a todas locas, poh. Pero no sé por qué se fijó en mí.

Me invitó a dar un vuelta en su pedazo de auto, que tenía una radio ultra "tach". Y con tanto reggaeton lueguito entramos en onda, y nos agarramos más que en pelea de jaibas.

El drama es que en mi casa no cachan na', este futbolista me llama todos los días y, pa' peor, mi papi es del otro equipo. ¿Qué hago, caballero?

Pepa

Mi calcetinera:

Me dejó metío con el equipo que defiende el "futbolista" que le está metiendo goles con chanfle, mija.

¿Correrá al lado de la ruda de Guede o entrenará con los Ave María del profesor Hoyos?

Bueno. Sea del equipo que sea, déjeme decirle que usted sigue siendo una menor de edad, por más que tenga un zapallo como para freír un cerro de sopaipas.

Y su crack, por ese detalle, está arriesgando algo más que una tarjeta roja, ya que el pasto tierno en este país se sanciona con la jaula.

Arranque lolita y olvídese de los cambios de camiseta y los "tercer tiempo" con ese pichichi que no sabe que está arriesgando tres año y un día.

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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