Condenado a muerte: El chacal de Queilen

Rubén Millatureo, de 55 años, asesinó a tres personas en 1997 y 1998 en Chiloé, incluyendo a su padre. Luego que se le revocara la pena capital, fue condenado a cadena perpetua. Salió libre en mayo pasado, tras 20 años en la cárcel.

La tranquilidad y belleza de Queilen, en Chiloé, es como sacada de una postal. Su máxima celebración anual es la costumbrista "Fiesta del Reitimiento de Chancho", y la mayoría de sus pobladores se conoce desde la infancia.

Entre ellos, el tema de "el Rubencito" no es sólo común desde hace más de 20 años -cuando mató a tres personas-, sino que, además, porque tras salvarse de la pena de muerte y tener que cumplir cadena perpetua, desde mayo Rubén Millatureo Vargas recuperó su libertad, a los 55 años, tras pasar dos décadas en la cárcel de Osorno. Sus últimos pasos en esa condición los había dado en marzo de 1998. En otro Chile.

El regreso tras años a un Mundial de Fútbol tenía a la mayoría en éxtasis, cuando la brutal información de un asesino en serie en una localidad del sudeste de la Isla Grande quebró la agenda.

Se trataba de un servicial lugareño, conocido en el pueblo por la cercana relación que tenía con su madre y, que a los 35 años, tras la muerte de su progenitora, se convirtió en un asesino en serie, motivando desde libros hasta el capítulo más visto de "Mea Culpa".

Es que según sus coterráneos, "el Rubencito" era el típico "cabro de los mandados, apocado". Alguien a quien jamás hubiesen creído un criminal y que, incluso, fue defendido cuando su prima Eliana lo puso en el rol de sospechoso desde la primera desaparición.

Claro, no se trataba de cualquier persona, sino que de Isidro Millatureo (73), el padre de Rubén, quien nunca logró mantener una buena relación con su hijo por los maltratos que le propinaba a su madre.

El 24 de septiembre de 1997, luego de una irrelevante discusión por la comida, Rubén atacó con un hacha por la espalda a su progenitor. Luego lo descuartizó y enterró bajo el piso de una leñera cubierta de ajos, siguiendo con su vida normal y asegurando que su padre se había marchado a Punta Arenas.

Sólo Eliana no le creyó y aunque fue con carabineros a la casa, nada pudieron encontrar.

La historia continuó el 13 de diciembre de ese año, cuando el "chacal" mató de la misma manera a Claudio Reyes Sandoval (36), un vendedor viajero de Temuco que pasó a cobrar una cuota de 6 lucas donde Rubén. Terminó en la misma leñera, cubierto de ajos.

Las dudas de Eliana por su primo, que además mantenía una relación amorosa secreta con su casada vecina Eufemia, siguieron creciendo. Y aunque entonces se sumó la PDI, tampoco se encontró rastro alguno.

Quizás eso le dio tranquilidad al "Rubencito", quien en su tercer y último crimen sintió tanta confianza que decidió no enterrar de inmediato a su víctima: María Gabriela Formantel Macías (26), una vecina a quien conocía desde niña. Ambos trabajaban en una pesquera y ella le contó cómo la habían dejado a cargo de los sueldos.

La mañana del 5 de marzo de 1998, Millatureo sabía que María Gabriela portaba el dinero de sus compañeros y la invitó a tomar té antes de irse a la pega. Dentro de la casa, mató y violó. Luego, la dejó acostada en su cama y al ver que se le hacía tarde, salió a su trabajo y luego a Castro, para pagar sus deudas e incluso algunas de su amante.

Mientras gozaba del dinero robado, los compañeros de la secretaria se organizaron para salir en su búsqueda y fue su propio hermano quien la divisó muerta sobre la cama del asesino, quien a esa altura regresaba en taxi a la ciudad.

Al llegar a su casa y ver a carabineros y buena parte del pueblo afuera, Rubén le pidió al chofer que siguiera. Sin embargo, igual fue visto por los vecinos y aunque trató de esconderse en los cerros, fue apresado.

Al año siguiente, el "chacal de Queilen" fue condenado a muerte, pero el fuerte lobby que existía entonces para acabar con la pena (derogada en 2001), terminó revocando la condena por una cadena perpetua simple. Tras 20 años en la cárcel, el 2 de mayo pasado obtuvo la libertad condicional. Hasta ahora, no ha vuelto a la isla.

¿Podría ser peor? Como si se tratara de un filme de terror, entre las declaraciones de Rubén destaca la ocasión en que contó que en su lista de crímenes agendados le habían quedado pendiente el de su prima Eliana, quien por suerte nunca entró a su casa para increparlo, y el marido de su amante Eufemia. Actualmente, el chacal viviría en la Región de Los Lagos.

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