La normativa que protege a las ballenas de barcos "alocados"

Gobernación Marítima de Castro y la Fundación Meri trabajan para evitar que embarcaciones sigan comisionando con los cetáceos en nuestras costas.

Las costas de Chile son un lugar privilegiado para el avistamiento de hermosos cetáceos, donde se pueden encontrar más de 40 especies en distintos puntos del país.

Lamentablemente, muchas de estos animales marinos fallecen al colisionar con algún tipo de embarcación, según afirmó un artículo publicado por Whale and Dolphin Conservación, donde se determinó que, en el mundo, 1 de cada 3 muertes de estos grandes mamíferos ocurren por este motivo.

Justamente para cuidar a los cetáceos, la Gobernación Marítima de Castro y la Fundación Meri desarrollaron la primera normativa en el país para reducir las colisiones entre embarcaciones y ballenas. Sobre todo porque muchas embarcaciones transitan día y noche en las aguas del sur, pero una gran cantidad de navegantes desconoce los horarios en que las ballenas suben a la superficie para alimentarse.

De esta forma, la norma establece que las embarcaciones deben transitar en la mañana a 10 nudos y la noche a 8 nudos de velocidad.

Según explicó Sonia Español, investigadora y especialista en mamíferos marinos y bioacústica, "la regulación de la velocidad permite disminuir el ruido en las aguas, permitiendo que las ballenas se puedan comunicar de forma correcta".

Para recabar más información sobre estos animales, la fundación Meri realizó en el lugar de encuentro de las ballenas un monitoreo para detectar patrones de conductas entre los cetáceos. Gracias a eso, se supo que existen 79 ejemplares de ballenas azules y 14 ballenas jorobadas rodeando la Patagonia.

Hasta la fecha la normativa no implica sanción para quienes incumplan con la velocidad establecida, por que se busca educar a los navegantes.

Investigación. Ese análisis no fue el único que se hizo en las frías aguas australes. Este año científicos chilenos y extranjeros llegaron a Chiloé para realizar el primer marcaje no invasivo en ballenas jorobadas.

Esto consiste en poner un dispositivo electrónico del tamaño de un celular en la piel de estos cetáceos, que va adherido con cuatro ventosas, y de esa forma la piel del mamífero no es dañada mientras se realiza el seguimiento.

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