Lanza su panadería, se reencuentra con Silvina Varas y cumple un “sueño” con Pastorino: así vive Maxi Ferres su presente

Maxi Ferres.
Maxi Ferres.

Con solo 20 años el argentino llegó a Chile, donde se abrió paso como modelo y, en 2017, entró a Doble Tentación (Mega), reality en que sedujo a quien pololeaba con Ignacio Lastra. Hoy, lejos de la TV, habla de su presente amoroso, de las carrera que correrá en Torres del Paine por Adidas, y de los proyectos con su famosillo mejor amigo y su hermana. “Ahora vamos a hacer bastante más ruido: la idea es llegar a todo Chile”, anuncia a La Cuarta.

Maxi Ferres (33) llegó a Chile a sus 20 años, porque acá vivía un primo suyo. Quería abrirse paso. Se metió en un casting para ser parte de un team de verano de Canada Dry light. Finalmente quedó y, durante aquel verano del 2008, estuvo de enero a febrero recorriendo las balnearios más populares del país.

Por aquella época conoció a una chilena de la que se enamoró y, con 21 años, se convirtió en papá de Julieta. Tras ello, los tres se mandaron a cambiar para México, donde él se desempeñó dos años como modelo. De ahí regresó a Santiago y “estuve compitiendo en culturismo por el seleccionado chileno”, relata a La Cuarta. “Después me terminé separando” de ella.

Unos diez meses después de la ruptura con la mamá de su retoña, en 2017, el trasandino salía con su compatriota Paula Bolatti, quien había sido parte del reality ¿Volverías con tu ex?, el segundo que estrenó Mega. Las andanzas de estos pinches se vieron “en redes sociales y llamó la atención de los productores de Doble Tentación”, relata sobre su entrada al tercer encierro que armó este canal.

Le propusieron entrar y aceptó, mientras que “Pauli” también ingresó. Eso sí, solo “estábamos pinchando y nada más”, por lo que él entró como “tentación”, es decir, debía ser el tercero en discordia al pololeo de Ignacio Lastra y Silvina Varas, meterse entre medio.

—Como experiencia fue bastante buena —recuerda—. No tuve grandes problemas dentro del encierro. Se dio que la pareja que yo “tentaba” no estaba muy bien. Y en ese momento terminé con Silvina Varas dentro del encierro.

Maxi Ferres y Silvina Varas en Doble Tentación.
Maxi Ferres y Silvina Varas en Doble Tentación.

Pasó tres meses metido en la casa ubicada en Calera de Tango. ”Fue heavy”, confiesa. “Estuve un poco lejos de mi hija, que eso me afectaba dentro”, a pesar de que, por contrato, podía verla los fines de semana.

Entre ires y venires, el argentino finalmente salió soltero de Doble tentación. Pero la mala suerte en el amor fue compensada con harta pega. Lo llamaron a eventos con distintas marcas y, en enero del 2018, firmó con Adidas, sello deportivo del que se convirtió en rostro de “Runners”, proyecto que le ha permitido viajar a lugares como Brasil, Panamá, Alemania, Egipto hasta Kenia. “Ese fue el comienzo de una alianza muy linda que hasta hoy la tengo”, expresa. “Me siento feliz y contento”.

En el presente, el modelo también coquetea con otras marcas asociadas a la tecnología, motor y deportes. “Mi perfil es bastante versátil: soy papá, joven, deportista”, dice. “Calzo bastante bien en distintos perfiles”.

El candente reencuentro

—¿Con quiénes del reality sigues en contacto?

—Hoy, (tengo) contacto directo con “Silvi” (Silvina Varas), y con Julia Fernandes. Con ningún otro, o si es algo, es muy poquito.

Durante marzo, Max y Silvina protagonizaron una acalorada sesión de fotos que de inmediato desató la especulaciones sobre un posible “remember”. “Acá la que cambió sustancialmente fui yo, porque estaba pegada con mi ex”, contó ella a LUN por aquel entonces. “Lo hemos pasado súper bien, aún no estamos pololeando”.

Ahora, Ferres relata que, tras el reality, “con ‘Silvi’ hubo mucho tiempo que no nos vimos”, considerando que durante el encierro “ella se va antes porque no la estaba pasando muy bien”. Durante tres años y medio prácticamente no se vieron, salvo en uno que otro evento, pero casi no había contacto.

La sesión de Maxi y Silvina. FOTO: Ignacio Rojas (@nachonal)
La sesión de Maxi y Silvina. FOTO: Ignacio Rojas (@nachonal)

Sin embargo, a inicios del 2022, Ferres terminó con una pareja y lo último que le interesaba era una nueva relación. En ese momento, surgió la “posibilidad” de protagonizar una sesión fotográfica para la marca de ropa de Bruno Zaretti (Axe Bahía) y “justo” Silvina sería su compañera. “Hicimos estas fotos medias hot”, cuenta. “Revolucionamos un poquito las redes con toda la gente que seguía el reality”, que “no lo podían creer”.

Salieron chispas.

“Cuando nos vimos y trabajamos juntos, encontrábamos que teníamos esa conexión de dentro del reality que, por distintos temas dentro del encierro, no fluyó de la mejor manera”, explica. “Era difícil, habían celos de por medio, televisión, cámaras, etcétera”. Sin embargo, con la sesión de fotos “creamos mucha onda, volvimos a hablarnos y a juntarnos”.

Las fotos de Maxi y Silvina. FOTO: Ignacio Rojas (@nachonal))
Las fotos de Maxi y Silvina. FOTO: Ignacio Rojas (@nachonal))

Durante la noche del miércoles (3 de agosto), el modelo publicó una foto en Instagram compartiendo una hamburguesa y una copa de vino con ella.

“Y hoy estamos en eso”, dice. “Esa conexión estuvo y las fotos salieron increíble, nos cagamos de la risa, recordamos momentos”, así que en el presente “estamos un poquito más cerca”; es decir, “seguimos pasando momentos juntos, un poco más como amigos, pero en algo”.

—¿A qué compañero de Doble Tentación no te gustaría toparte? Ponte tú, Oriana Marzoli que era dada a la polémica…

—Con Oriana he tenido algunos mensajes y buena onda con ella —contesta—. ¿Alguien que no me haya caído bien? Había varios locos ahí dentro. No estaban todos muy sanitos. Había mucha gente que ya tenía experiencia ahí, que entraba a hacer quilombo. Fue por eso, por no involucrarme en tantas peleas con algunos de ellos, que terminé trabajando con las marcas; muy poca gente le quedó el recuerdo de “Ah, Maxi Ferres, el chico reality”.

“Un momento de llanto”

Pero Ferres no solo vive de modelaje y coqueteo. Durante el 2021, corrió 21 kms por senderos de montaña en el certamen Ultra Paine, y 10 kms en Patagonia International Marathon corrió 10 kms por un camino de ripio; ambos están en el sector del icónico parque nacional de la Región de Magallanes. Ahora, al menos en la segunda competencia, volverá a participar en el marco de su décima edición, que será el sábado 10 de septiembre.

—Fueron mis primeras carreras, fue increíble —expresa—. Soy muy de naturaleza, de recorrer esos lugares del Sur de Chile, es algo que me apasiona demasiado. Ambos me encantaron, y se vuelve a repetir para correr Patagonia Marathon, y no solo, con mi hermana, “Maru”.

El competidor recuerda cuando el año pasado corrió por los 21 kms del sendero, “una distancia larga”. Ya se acercaba al final del trayecto, iba a buen ritmo, no buscaba un podio, solo una buena marca personal. “Y me dio un momento de llanto”, dice, “pero era como de felicidad”. Se sentía agradecido de dónde estaba: “Te encuentras solo en ese lugar, en medio de la montaña, con un paisaje maravilloso que no puedes creer”, mientras ponía “mi cuerpo al extremo”, por las “subidas muy grandes”, el cansancio y la sed. “Se me cruzaba por la cabeza mi hija, mi familia, lo que está viviendo en ese momento”, relata. “Creo que eso es lo lindo que tiene esa experiencia de correr en la montaña, que volvería a vivir una y otra vez”.

Maxi Ferres en Torres del Paine.
Maxi Ferres en Torres del Paine.

Ahora, el argentino también tiene otro desafío. El próximo 21 de septiembre viajará a Alemania para competir en la maratón de Berlín, el domingo de esa misma semana. “Corro mis primeros 42 kms en Adidas”, cuenta. “Es una distancia que jamás he corrido en mi vida”, lo que me “tiene nervioso y preocupado”. Así que se entrena, corre hasta 18 kms en un día, sube cuestas y hace cambios de ritmo.

—¿El plan es de lleno meterse en maratones?

—Mi plan, después de estos 42 kms y este objetivo personal, es ya tirarme más a correr en montaña, en la naturaleza. Me favorece mucho más que correr en asfalto, que me terminan doliendo mucho las rodillas, o tengo lesiones porque sí. Mi cuerpo no me acompaña mucho en lo que es asfalto.

Eso sí, aclara que si no consigue completar la distancia en Berlín: “Mierda, de vuelta hasta que lo logre”, dice y ríe.

Maxi Ferres entrena.
Maxi Ferres entrena.

Del OnlyFans a la panadería

En el arranque de julio, en Instagram, Ferres anunció que en agosto se lanzaría a OnlyFans, la popular plataforma donde los usuarios comparten contenido propio que, muchas veces, es subido de tono, con harta piel a la vista.

Sin embargo, al final, se retractó.

Todo nació de una conversación con su amigo Bruno Zaretti, medio en “chiste”, tras lo cual decidió tirarse con el anuncio, “y quedó la cagada”, cuenta. En eso, mientras le decía a su colega: “Wow, imagínate si lo abro en serio, se podría hacer mucha plata”, le decía. Pero finalmente no va “para allá la cosa”, sobre todo porque tiene a su hija de 11 años. “Eso no le sumaría mucho”, declara; además, “hoy en día tampoco necesito la plata”.

No le falta pega. Se embarcó en un nuevo proyecto con su hermana, “Maru”, el cual “es tener nuestra propia pastelería”, anuncia, “donde vendamos nuestras propias medias lunas argentinas, todos estos productos que hoy tenemos a la venta”.

—La cosa va más por ahí que por esto otro del OnlyFans —aclara—, que al final fue algo de chiste que causó bastante revuelo.

La idea fue de su hermana, durante la pandemia, cuando ambos vivieron bajo el mismo techo. “Ella tenía la receta de mi abuela”, cuenta sobre quien además hizo un curso de repostería en Buenos Aires. “Empezó con las medias lunas y a la gente le encantó”, dice. Tras ello, abrió una cuenta de Instagram con su nuevo emprendimiento, al que llamó “Panadería Argentina” (@panaderia.argentina). Sumó miles de seguidores, la gente las empezó a probar y “les encantó”, cuenta.

Ambos conversaron para ver la chance de “dar un siguiente paso” con el fin de “hacerlo un poco más grande”. Para octubre tienen planeado abrir su primer local “chiquitito”, al que llamarán “Puerto Madero Café”, en el centro gastronómico de BordeRío, en Vitacura. “Tendríamos un punto caliente de croissants rellenos con nutella o dulce de leche” y “las medias lunas típicas argentinas, que han sido como el ¡boom!”.

Y el negocio se haría aún más familiar, porque los padres de ambos se vendrán desde Córdoba para Chile. Quieren estar más cerca de sus retoños y de su nieta. Aparte, “mi viejo también es certificado panadero”, destaca. Así, mientras su hermana y su papá se encargan de la producción, Maxi tomará las tiendas en el área de las ventas, el marketing y la publicidad. “Estamos ahí con muchas ganas”, declara.

Por ahora, los socios están haciendo despachos los domingos. Pero “el local fue el paso que necesitamos dar porque, al fin y al cabo, mi hermana estaba vendiendo como a un grupito de gente que era fiel”, explica. “Pero ahora vamos a hacer bastante más ruido: la idea es llegar a todo Chile”.

Maxi Ferres junto a su hermana, "Maru".
Maxi Ferres junto a su hermana, "Maru".

El sueño con Pastorino

En septiembre del 2020, en conversación con Revista Sarah, Ferres manifestó: “Me he cuestionado si sigo trabajando en lo que me gusta o agarro una mochila, me compro una camioneta para seguir viajando; o me compro un terreno en el Sur de Chile, con una casa, animales y una huerta”.

“Hoy”, declara, “estoy más cerca de eso que dije”.

Quería comprarse un terreno, y lo hizo, junto a su “mejor amigo de Chile”, su compatriota Agustín Pastorito, quien fuera parte del reality Mundos Opuestos (Canal 13). Se conocieron cuando Ferres recién había llegado a suelo chileno, al ser ambos parte de aquel team de verano de Canada Dry.

Maxi Ferres y Agustín Pastorino años atrás. FOTO: YoFui.com
Maxi Ferres y Agustín Pastorino años atrás. FOTO: YoFui.com

“Ahí nos hicimos muy amigos”, dice a pesar de que Pastorino es siete años mayor, por lo que en su momento “me adoptó como mi papá”, relata. “Y fuimos creciendo y ahora somos muy amigos, casi hermanos, imagínate que compramos un terreno, mitad cada uno”.

Compraron una hectárea 15 kms al sur de Pichilemu, en la localidad de Cahuil, . “Estamos felices, era algo que buscábamos hace mucho tiempo”, expresa. “Justo se nos dio la posibilidad este año, así que ya lo tenemos”, y comenta “que no está tan al sur, pero tampoco está tan lejos de Santiago”.

“La idea es de acá a fin de año, o un poquito más, empezar a construir algo”, adelanta. “Ese es un poco nuestro sueño, tener algo en plena naturaleza, cerca del estero, sería maravilloso”.

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