
“El TDAH es una variación, no una enfermedad”: El llamado en Chile a derribar mitos y avanzar hacia una sociedad más inclusiva
Pese a su alta prevalencia, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad sigue siendo ampliamente incomprendido. La Dra. Melissa Álvarez impulsa una mirada empática desde la neurodiversidad, que busca romper con el estigma social y médico.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) afecta a miles de niños, adolescentes y adultos en Chile. Sin embargo, a pesar de su frecuencia, continúa siendo un diagnóstico lleno de mitos, prejuicios y un enfoque tradicional que muchas veces invisibiliza o margina a quienes conviven con esta condición.
Frente a este panorama, la neuróloga Melissa Álvarez Majmut, directora del espacio terapéutico Neuro Estímulo, propone cambiar el paradigma: “El TDAH no es una enfermedad que deba curarse, sino una variación natural del funcionamiento cerebral”.
Para la especialista, es urgente avanzar hacia un modelo que reconozca la neurodiversidad como una expresión legítima y enriquecedora de la condición humana.
Desde la perspectiva tradicional, el TDAH es considerado un “trastorno” que se manifiesta a través de patrones de inatención, impulsividad o hiperactividad, afectando el desempeño escolar, social y laboral. Sin embargo, la Dra. Álvarez advierte que esta definición es un tanto reduccionista: “Existen desafíos reales en las funciones ejecutivas, pero hablar de ‘trastorno’ perpetúa una visión negativa y medicalizante”.
Es por esto que la especialista propone reemplazar la palabra “trastorno” por “condición” y centrarse en los apoyos personalizados que permitan a cada persona alcanzar su máximo potencial, más allá del diagnóstico.
Entre estos apoyos, menciona tratamientos farmacológicos, pero también alternativas no médicas como el ejercicio físico, la terapia ocupacional o la psicoterapia.
Mitos que aún persisten
Uno de los mitos más comunes es que el TDAH es una condición rara. Según la Organización Mundial de la Salud, entre un 8% y un 12% de la población infantil y adolescente mundial presenta síntomas. En el caso de Chile, se estima una prevalencia de hasta un 10% en escolares y un 4% en adultos.

Otro error frecuente es asociarlo con discapacidad intelectual. “El TDAH no implica una menor capacidad cognitiva. De hecho, puede coexistir con altas capacidades intelectuales”, aclara la especialista.
También es falso que el TDAH deba “curarse”. Según Álvarez, “la clave está en los apoyos, no en la normalización forzada”.
Es más, destaca que “en lugar de buscar que la persona se adapte a un mundo que no la comprende, debemos construir entornos más empáticos y adaptativos”.
Adoptar la mirada de la neurodiversidad significa reconocer que no existe un único modo “correcto” de pensar, aprender o comportarse. Implica valorar la diferencia como una fuente de riqueza social.
Bajo este enfoque, el TDAH, al igual que el autismo o la dislexia, no son enfermedades, sino formas distintas de vivir y procesar el mundo.
“Educar e informar son las herramientas más efectivas para combatir la ignorancia y el estigma. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad verdaderamente inclusiva”, concluye la neuróloga.
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