Expertos realizan un análisis sobre cómo las carencias emocionales de la infancia pueden influir directamente en las relaciones adultas y generar patrones disfuncionales.
Muchas veces, cuando las relaciones amorosas no avanzan o nos cuesta encontrar una pareja que nos brinde estabilidad, podemos pensar que todo se debe a la “mala suerte” o que simplemente no estamos hechos para estar en pareja.
Sin embargo, la psicóloga Annie Tanasugarn, experta en trauma, explica para Psychology Today que las dificultades emocionales durante la infancia pueden tener un impacto directo en nuestras relaciones románticas de adulto.
De acuerdo con Tanasugarn, cuando ciertos aspectos básicos de nuestra infancia no son atendidos de manera adecuada, los efectos pueden perdurar y afectar negativamente la forma en que nos relacionamos en la adultez.
Las experiencias traumáticas, como el abandono, el abuso o la negligencia, pueden crear patrones emocionales que influyen en cómo nos comportamos y nos vinculamos con los demás.
¿Cómo afectan nuestras experiencias infantiles en las relaciones adultas?
Aunque nuestra biología y personalidad juegan un papel en cómo nos desarrollamos, el entorno en el que crecemos también tiene un impacto profundo.
Según la especialista, cuando nuestras necesidades emocionales no son satisfechas de forma adecuada durante la niñez, las “heridas” emocionales de ese periodo permanecen y pueden influir en nuestras conductas y creencias a lo largo de la vida.
Esos “agujeros” emocionales pueden generar patrones disfuncionales, como relaciones tóxicas que, aunque sean destructivas, resultan “familiarmente cómodas”.
En su columna, Tanasugarn destaca tres carencias fundamentales de la infancia que pueden tener un impacto duradero en la forma en que nos relacionamos con nuestras parejas en la adultez:
- Falta de seguridad emocional
La necesidad de sentirse seguro, protegido y confiado en el entorno familiar es crucial durante la infancia. Si no se satisface esta necesidad, el adulto que ha experimentado esta falta de seguridad puede tener dificultades para conectar emocionalmente con su pareja.

La psicóloga explica que quienes experimentan abandono emocional o traición por parte de sus cuidadores pueden desarrollar problemas de apego, mostrando miedo a la vulnerabilidad y a la intimidad en sus relaciones románticas. Como resultado, pueden verse atrapados en dinámicas de control o codependencia, buscando constantemente la seguridad en sus relaciones.
- Falta de autonomía
La autonomía es la capacidad de sentir que uno es dueño de su propia vida, decisiones e identidad.
Si un niño no desarrolla esta autonomía debido a un entorno sobreprotector o controlante, puede llegar a la adultez sin una fuerte sensación de identidad propia.
La psicóloga indica que este déficit puede hacer que el adulto busque constantemente validación externa, que se convierta en una persona que teme tomar decisiones por sí misma y que dependa en exceso de su pareja para sentirse seguro.
Este tipo de comportamientos puede generar relaciones desbalanceadas, en las que una de las partes se vuelve excesivamente dependiente.
- Falta de amor y afecto
La falta de amor en la infancia, ya sea por negligencia, abuso o ausencia de los padres, tiene un impacto significativo en la forma en que un adulto percibe el amor.
La psicóloga Tanasugarn señala que quienes no fueron amados o cuidados adecuadamente en su infancia pueden confundir el amor con otras dinámicas disfuncionales, como la codependencia o la necesidad de ser “salvados”.
Estos adultos pueden buscar relaciones tóxicas en un intento de llenar el vacío emocional dejado por la falta de amor. Además, pueden ser más propensos a sufrir problemas de autoestima, depresión o trastornos relacionados con el abuso emocional.
Si sientes que alguna de estas carencias te resuena y estás atravesando dificultades en tus relaciones, es posible que estas experiencias de la infancia estén afectando tus vínculos en la adultez.
En ese caso, es recomendable buscar ayuda profesional. La terapia psicológica puede ser clave para sanar esas heridas emocionales y cambiar los patrones de comportamiento que están dificultando tus relaciones amorosas.