Un clásico: la lagartija

"Le tengo un poquito de miedo, porque usted como que tiene radar para detectar chivas, pero que puede que falle conmigo y me rete sin tener culpa. Aquí voy: tengo 22 años, estoy dando las puntadas finales..."

Doctor Cariño:

Le tengo un poquito de miedo, porque usted como que tiene radar para detectar chivas, pero que puede que falle conmigo y me rete sin tener culpa. Aquí voy: tengo 22 años, estoy dando las puntadas finales a mi carrera de abogado y no me falta amor, como será, que tengo cuatro pololas cerca de mi edad y una señora mayor, onda cincuenta años, pero que se porta como reina conmigo.

¿Atados? Todos, pero sólo con dos de las cinco con las que nos revolcamos tengo problemas, una es la mamá y la otra la hija. Así, tal cual. La señora sabe lo de la cabra, pero esta no lo de la mami.

A la mayor le da lo mismo, pero a mí no, porque estoy pensando tener algo más estable con la niña. Le dije eso a la madre, para que dejáramos la payasada, pero me dijo que siguiéramos igual, que nadie sabría nada. Creo está mal.

Nelson

Canallita:

No cacho por qué se asusta conmigo, mis antenitas de vinil, onda chapulín, me dicen que lo suyo es de verdad. Igual su resto cachiporra, pero el tema de "la lagartija" es duro, más aún si la dama en cuestión le da lo mismo pasar de la banca al catre que dejó calientito la hija.

Mire, el consejo al callo de este, su galeno del amor y la pasión, es que ponga pies en polvorosa, como decía mi abuelo. O sea, córtela con la dama cincuentona y con la lolita consanguínea, porque si formaliza y deja fuera del festín a la dama, esta va a poner el grito en el cielo y tal vez hasta se gane una pateadura de su marido, además de unos cachetazos de la polola. Mejor siga con las otras tres damiselas solteras, total usted es joven y solito. ¿Ok?

Tus consultas y dramas de tipo amoroso pueden aparecer en la Ventanita Sentimental si las mandas a doctorcarino@lacuarta.com

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