Libros
Cambiarse de casa: una crónica de Gabriel Zanetti
“¿Por qué dejar un lugar donde estaba aprendiendo a ser feliz o por lo menos acostumbrándome a las inevitables condenas de la vida? Posiblemente en algo se fracasa cuando uno se muda”.
“¿Por qué dejar un lugar donde estaba aprendiendo a ser feliz o por lo menos acostumbrándome a las inevitables condenas de la vida? Posiblemente en algo se fracasa cuando uno se muda”.
“La Furia es una tradición, pero esperamos que pronto la Furia también rompa sus propias tradiciones para tenernos alguna novedad”, señaló el escritor sobre el evento.
En su nuevo libro, Juro que es verdad, el cronista Gabriel Zanetti trae un repaso autobiográfico con una veintena de textos —algunos publicados en La Cuarta— que evocan la infancia y las memorias de juventud. Acá, un adelanto del volumen publicado por el sello Aparte.
Ya está en librerías Mundos habitados, el nuevo libro que el conocido cronista comenzó a escribir en 1996 y que finalmente ve la luz de la mano del sello Literatura Random House.
Hago la pregunta de rigor y me responden: “No está picando nada, estuve toda la mañana pa’ ese lado de allá, mejor se va a su casa”. No me dejo parar. Comienzo a recorrer el río.
El libro reúne los cuadernos del poeta, escritos durante los primeros años de la pandemia, en los que se mezclan versos, textos aforísticos, anotaciones cotidianas, extractos de lecturas y voces oídas al pasar o en la tele.
Me obsesionan los nombres de los autores que conllevan un significado en sí mismos. A veces creo que su éxito, incluso su existencia en el mundo se basa en su nombre.
¿Por qué la vida tiene que ser un martirio? Algunos de los mejores polvos de mi vida han sido antes de la siesta, y las mejores siestas que he tenido después de tener sexo. Se sale de un placer intenso y físico y se entra a uno en estado de reposo.
Al parecer siempre es mala idea reunirse e intentar recuperar el tiempo ido. Los códigos caducaron, el lenguaje mutó, la vida nos hizo sufrir, aprender, valorar y descartar ciertas cosas. Mejor quedarse con la memoria.